domingo, 16 de marzo de 2014

El sistema panóptico

     Elegimos empezar con la dramática pregunta que se hacen los pensadores de la Escuela de Frankfurt en el año 1947, cuando todavía Europa salía de las ruinas de la segunda guerra mundial, "por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado verdaderamente humano, desembocó en un nuevo género de barbarie".
     Y en qué consistiría esa barbarie. Esa palabra, barbarie digo, resuena en nuestros oídos con la fuerza de los aullidos de la gauchada federal que se rebelaba contra la civilizada nación unitaria, sin embargo, Adorno Y Horkheimer estaban hablando de " la ilustración en el más amplio sentido de pensamiento en continuo progreso, ha perseguido desde siempre el objetivo de liberar a los hombres del miedo y constituirlos en señores. Pero la tierra enteramente ilustrada resplandece bajo el signo de una triunfal calamidad".
     Vivimos entonces en la linealidad de la técnica, es decir, la linea, el continuo progreso, que lleva nuestras vidas, por decir algo, del Windows XP al Windows 7, a la utopía realizada de un teléfono en cada mano, esos aparatitos a los que les hemos entregado nuestra subjetividad. Pero ¿se puede imaginar al mundo sin esos objetos, al hombre sin sus prótesis (tal como Freud denominó a los aparatos de la técnica en el malestar de la cultura). Sería otro mundo y otros hombres.
     Hay otras prótesis, sin duda más pesadas, que abruman la realidad de muchas maneras: me refiero a las cámaras de vigilancia que han sido elegidas por el candidato Massa como su símbolo más poderoso, la prótesis que permitirá que su mirada se proyecte hacia nosotros ¿para qué, para conocer las necesidades de los más débiles, para protegernos, o para castigarnos?
   Por las declaraciones del candidato panóptico en contra de la reforma del código penal se nota que prefiere el castigo, vigilar para castigar, como diría un francés.
     Hay una foto que salió en el diario La Nación en estos días, se ve en un primer plano a Hugo Moyano dándole la mano a Julio Cobos. Atrás de ellos se la ve a Patricia Bullrich con un sombrero elegante, que lleva el logo del diario, sonriendo satisfecha. La escena, según nos dicen sucedió en Expoagro.
     Se dice que Julio Cobos pidió presidir la comisión de educación de la cámara de diputados en reemplazo de Adriana Puiggros. Símbolos pesados, amenazas de futuras calamidades, que solo puede ser evitadas con militancia, el sencillo momento que el hombre deja sus prótesis y se rebela con las manos desnudas.