viernes, 30 de septiembre de 2016

Hacer polìtica fuera del estado

     La derecha se siente màs còmoda fuera del estado. Quiero decir, prefiere que otras fuerzas tomen la responsabilidad pùblica de manejar el estado.
     El estado tiene los focos de la actualidad puestos sobre sì y el poder real prefiere ocultarse o si se quiere naturalizarse.
     El estado es el perfecto mal ejemplo para contraponer al buen ejemplo del mercado. Para tocar un tema antipàtico y doloroso: la educaciòn. La educaciòn estatal gratuita y laica pierde terreno y la educaciòn privada ocupa su lugar. No importa que los colegios privados estèn subvencionados con dinero que bien estarìa empleado en que la educaciòn estatal funcione mejor, Ademàs el dinero que algunos padres pueden pagar y otros no, cubre de prestigio social a las familias que llevan a sus hijos a esos establecimientos y les asegura que los hijos de los excluidos no se mezclen con sus hijos. El efecto democratizador que tuvo hace cuarenta años la educaciòn de los delantales blancos queda asì neutralizado.
     Ademàs el estado no es el que era, el avance de la tècnica y del capital financiero ha debilitado las fronteras que el estado naciòn podìa poner luego de la segunda guerra mundial. El capital de muchas empresas es superior al producto bruto de los paìses del tercer mundo lo que les permite dictar sus reglas a voluntad convirtiendo a la clase polìtica en meros administradores de la propiedad ajena.
     Pero resulta que estos señores ganaron las elecciones con el voto libre de los argentinos. Tal vez ese no era el plan. Ya era suficiente para ellos con gobernar la ciudad màs rica. Se les cayò encima el peso de la provincia de Buenos Aires y el de la naciòn. Y hacen lo que hicieron siempre. No les importa el futuro electoral de la fuerza polìtica que los representa, siempre que tengan en sus manos la economìa que es lo que les interesa. Lo ùnico.
     Las fuerzas populares deberàn aprender que tambièn se puede hacer polìtica fuera del estado. No serìa prudente sentarse a esperar que los cuatro años pasen.
     Seràn años de acumulaciòn de fuerzas, de pulir el lenguaje en el que tendremos que entendernos para salir a caminar juntos. Ocupar la calle, de eso se trata

Polìtica o repeticiòn

     Es fàcil ubicar al gobierno de Cambiemos en una serie de regìmenes màs o menos conservadores que se fueron sucediendo en la historia Argentina.
     A pesar de llevar en el nombre la intenciòn de evitar esa identificaciòn, y de haber llevado con èxito esa tarea en tiempos electorales, una vez en el gobierno se sacaron ese ropaje publicitario y echaron a andar (el uso del tèrmino es intencionado, el temprano despido de miles de empleados pùblicos fue la forma efectiva que encontraron de que todo el mundo tuviera en claro la identidad y las intenciones de los que empezaban a gobernar) , echaron a andar entonces sin la retòrica de la felicidad y las buenas ondas que llevaban incòmodos como ropa de un talle equivocado.
     Identificar la realidad polìtica como la repeticiòn de otra puede ser ùtil en el comienzo para reagrupar las vìctimas en un intento de resistencia pero sostenido en el tiempo puede llevar al desaliento. Otra vez lo mismo, es la queja que sale sola, porque el lenguaje està lleno de trampas en las que uno no tiene que caer. Si las derrotas se repiten, si van a volver una y otra vez las mismas desgracias bìblicas, què podemos hacer nosotros pobres mortales ante la decisiòn de los dioses. Pero como dirìa un filòsofo al que no quiero mucho, esto que està pasando es humano, demasiado humano.
     Si bien las medidas y la misma actitud del presidente, fingida o no, de rey tonto, de niño rico que hace travesuras y los mayordomos corren a corregirlas son muy parecidas a las del noventa no podemos hablar de una repeticiòn porque el grado de politizaciòn de la sociedad es otro. Hasta los mismos adherentes deben saberlo, es imposible actuar mucho tiempo como si lo que pasò no hubiera pasado, sobretodo si una parte de la sociedad no lo permite.
     Tengo la impresiòn de que gran parte de la gente que votò a cambiemos estaba cansada de la confrontaciòn que hubo en los ùltimos doce años. La confrontaciòn que trajo la politizaciòn. La politizaciòn fue desmontar la que se presentaba como natural, y tambièn historizar lo que se sufrìa como una desgracia inevitable de la naturaleza.
     Se trata de transmitir a los compañeros que ese futuro idìlico sin conflictos no es posible ni en nuestra vida ni menos en la sociedad de desigualdades brutales que vivimos y si lo fuera solo serìa como consecuencia de la lucha de sujetos libres a travès de los años
   
   

lunes, 26 de septiembre de 2016

La carta robada de Mauricio Macri

     Una de las formas posibles de pensar el gobierno de Macri, una entre muchas, es el juego de referencias culturales. Habìamos dicho que la teoriìa de la repeticiòn no nos servìa mucho. El esquema tragedia y comedia calzaba justo con lo que se viviò en los noventa. Una jarana ruidosa y banal. Ahora nadie parece divertirse demasiado. El mismo presidente envejece aceleradamente, como si la juvenilia de la campaña tuviera fecha de vencimiento. La repeticiòn goebbeliana tampoco parece funcionar porque si bien estamos hablando de un gobierno que puso a un experto en comunicaciòn, me refiero a Duràn barba, en las cercanìas del presidente, esa teorìa, dado el desprestigio de los medios tiene una pata renga. Habìamos mencionado en un artìculo anterior a Pierre Menard autor del Quijote aquella ficciòn de Borges en la que el contexto daba la posibilidad de cambiar el sentido aunque el texto que se construya, si aceptamos que un gobierno puede tomàrselo como un texto a interpretar, sea el mismo.
     Otra de las referencias que nos podrìa ayudar es la de Marx como pensador de la sospecha. Segùn Paul Ricoer, que es el autor de esta forma de ubicar a Marx, habìa otros dos pensadores que pensaban en la conciencia como una conciencia falsa, esos era Freud y Nietzsche. Pero tomemos por ahora a Marx, el decìa que la conciencia falsea o se enmascara para ocultar intereses econòmicos. Ahora de què ocultaciòn estamos hablando si los ceos de las empresas ocupan los puestos de direcciòn del estado. Esa ocultaciòn, y aquì viene mi referencia cultural es la de la carta robada de Poe. El mejor escondite segùn ese cuento serìa ubicar el objeto que uno busca ocultar a la vista de todo el mundo. Eso es lo que hace, segùn mi teorìa, Mauricio  Macri como presidente, no hay intencionalidad oculta, no es estupidez, ni brutalidad, ni ninguna otra cosa màs que la brutal praxis del capital.

jueves, 22 de septiembre de 2016

Pierre Menard, puntero del PRO

     Sabemos que el presidente del banco central se considera un tipo piola. Es cierto tiene un aire al temible Domingo Cavallo pero su estilo es otro. Si bien fue Secretario de polìtica econòmica en el catastròfico gobierno de De la Rua, y estuvo procesado hasta hace poco por delito econòmico, responsable del megacanje, y del pago irregular de comisiones por esa dolosa renegociaciòn de la deuda, pero las balas no parecen afectarle. Ganò su banca de diputado, contò divertido como fue entrenado por el improbable Duràn Barba para engañar a su electorado y ahora premiado con la presidencia del banco central, intenta el milagro de ponerse a la derecha de su compañero el ministro de economìa Prat Gay.
     La novedad de este desagradable personaje es que tambièn se considera culto. Habla inglès con aceptable fluidez y para sorprendernos a todos citò el cèlebre cuento del Borges, Pierre Menard autor del Quijote. Lo hizo para desmentir sus diferencias con el ministro de economìa. Su interpretaciòn, no importa si es la que nos parece aceptable, fue que decìan lo mismo con su compañero pero que la prensa lo tomaba como un enfrentamiento.
     En realidad son lo mismo, pero interpretan el papel de policìa malo y policìa bueno, o de oposiciòn de sì mismo.
     Por otra parte el presidente de la naciòn no deja de hacer papelones, sobretodo cuando lo someten a frecuentar àmbitos resbaladizos para èl como el de la polìtica internacional. Las travesuras que le son perdonadas en casa por el electorado y por la prensa nacional no tienen la misma recepciòn en el extranjero. Capaz de desubicarse con el presidente de Rusia o de incluir en una infantil mentira a la primera ministra de Inglaterra exige de la prensa conservadora justificaciones que arrojan a todos juntos al ridìculo.
     ¿Otro Menem? ¿Otro De la Rua? ¿Dònde queda la trajedia y donde la comedia? Parece que la cèlebre cita de Marx ya no funciona para nuestra descolorida historia, tampoco la repeticiòn como mètodo de convencer al estilo Goebbels, sin embargo la cita traìda a colaciòn por el presidente del banco central, la cèlebre glosa de Borges, parece encajar en la continuidad de desafortunados funcionarios puestos a representar a la clase dominante argentina.
     Como Menard cada funcionario repite un texto ya dicho , la prensa adicta lo justifica y electorado lo vota y luego lo desaprueba. La posibilidad de cambio del sentido de esta representaciòn polìtica està en la diferencia del  de contexto y en la interpretaciòn que le den los contemporaneos. Veremos grado de politizaciòn y de resistencia disponemos

La sociedad politizada

     Podrìamos decir que cada època se define por los temas que discute, Poco importa el curso que tome la discusiòn, ni si termina teniendo "razòn" uno o el otro, porque todos los que discuten estàn definidos antes de hablar. Incluso hay una retòrica a disposiciòn para cada uno. Da pena ver a los compañeros que con buenas intenciones van a esos patèticos shows televisivos en los cuales el lenguaje ha retrocedido a la emisiòn de gritos casi guturales.
     Cuando Paolo Rocca despliega su brutal transparencia y dice, o màs bien dictamina, desde el lugar de un general que ha ganado una guerra, que los dirigentes sindicales deberàn preocuparse de ahora en màs no por el nivel de los salarios de sus representados sino por los puestos de trabajo, està en realidad postulando el nuevo lugar que queda reservado para la cada vez màs reducida clase trabajadora, la de operarios domesticados por el miedo a caer en las hordas de excluidos que revuelven la basura en las ciudades ante la indiferencia de los ciudadanos todavìa incluidos.
     Si prendemos la computadora cada mañana, ese aparato parecido a la tv pero todavìa un poco distinto, nos encontraremos, en los lujosos portales del poder (en los que recientemente han incluidos programas de tv o algo parecido) fatigando las noticias relacionadas con la corrupciòn en la clase polìtica pero sobretodo del sector que corresponde a los adherentes todavìa no arrepentidos al gobierno populista.
     Bastarà decir de alguien que fue denunciado por alguna irregularidad, no importa por quien, ni la seriedad, de la denuncia, ni menos del destino final que tenga, porque serà sostenida a voluntad, por el solo hecho de que permanezca publicada en los portales.
     Esos medios hasta podrìan prescindir de los periodistas. En realidad ya lo han hecho. Disponen de dactilògrafos que hacen su tarea cada dìa. Pero llegarà tambièn el momento que esa reducida presencia humana serà prescindible y se desarrolle un programa que genere los titulares (¿ya lo tienen?). No creo que sea muy difìcil. Deberàn ingresar a una base de datos palabras relacionadas con   la mencionada corrupciòn polìtica. Por ejemplo: denuncian, imputan, procesan, el apellido Kirchner, los nombres Cristina y Nestor y no mucho màs.
    En realidad este dispositivo mediàtico no es nuevo ni su uso es privativo solo de nuestra cada vez màs berreta clase dominante. Lo nuevo fue la politizaciòn de la sociedad llevada a cabo por un movimiento polìtico que gobernò durante doce años la Argentina.
     Pero què significa politizar. No solamente traer a la discusiòn los temas que al señor Paolo Rocca le molestan, es decir el aumento del poder adquisitivo de los salarios, sino las condiciones materiales necesarias para que ese nivel de conciencia sea posible. Es decir, estabilidad laboral, salario alto, acceso a la educaciòn, incluso universitaria y por supuesto acceso a la diversidad de la informaciòn. En una palabra, no solo una democracia de libertades formales sino de derechos efectivos.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Dios o algo asì

     El ùnico rico que quedarà en este mundo cuàndo finalmente la libre competencia termine, serà un hombre fuerte. Necesitarà de toda su fuerza para sostener sus riquezas. Necesitarà sobretodo de una mano fuerte para firmar los decretos con los que les recorderà a sus secretarios las necesidades del dìa. Sus propias necesidades, que seràn las que desearemos todos. Un mundo finalmente ordenado. Còmo se llamarà ese ùnico rico no lo sè. Puedo imaginar que muchos lo llamàn Dios, aunque no lo sea

Los que gobiernan el mundo

     Los que gobiernan aplican las ideas con las que hoy se gobierna el mundo. Ahora còmo vive el mundo que es gobernado por los que gobiernan. 
     Còmo viven los que habitan el mundo que es gobernado por los que gobiernan.
     Podemos decir que los ricos no abundan, sin embargo, se gobierna para ellos, tal vez porque temen que se extingan, que quede un solo rico entre los millones de pobres. 
     Pero seguramente ese ùnico rico entre los pobres sabrà cuando quede solo còmo deberàn gobernar los que gobernaran el mundo en un mañana.
     Es decir, no peligra este mundo, podrà estar en peligro nuestra vidas pero mientras quede un solo rico los que gobiernan sabràn como reproducirlo.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Peronistas despolitizados

     La palabra peronismo está fetichizada. Marx le daba al capital esa propiedad cuando decía que escondía las relaciones de producción que había sido necesarias para fabricar las mercancías tan bonitas que solemos ver en las vidrieras. Los dirigentes fugados del kirchnerismo esgrimen la palabra peronismo, a falta de argumentos, o para que estos, cuando son nombrados no parezcan en su desnuda fragilidad. Nada menos que el hijo de Dios le dijo al Pedro el padre de la iglesia que lo iba a negar cuatro veces. No sé cuantas veces la negaron a Cristina, simple mortal, o cuantas veces la negarán en el futuro; lo que sí se que la palabra que se usará una y otra vez, como el abracadabra de los magos, es la palabra peronismo simplemente porque es la única que tiene un peso equivalente a la que porta Cristina Fernandez.
     El esquema que inauguró la democracia fue el bipartidismo. Se trataba de que el ejercicio democrático por primera vez en nuestra historia se hiciera un ejercicio rutinario. Se trataba de cambiar la sangre por el tiempo por usar la metáfora que trajo el líder de su exilio de España. Pero ese esquema sostenido en el tiempo se hizo trizas en 2001.

      Se sostuvo la democracia pero se despolitizaron las palabras, se las vaciaron de su peso hasta que dejaron de significar lo que significaban. Peronismo ya no fue hecho maldito sino una parte de ese binomio que formó con el radicalismo.
      El Kirchnerismo fue posible porque no le tuvo miedo a la política. Politizó la sociedad y todavía hoy se puede ver en las calles la energía que esa medida produjo.
     Hoy el radicalismo está diluido en el proyecto Macri. Lo defienden con más energía que los propios. Algunos dirigentes antes nacionales y populares militan la gobernabilidad. ¿Por qué no dejan que el propio presidente y su gente se ocupen de eso? ¿Què beneficio traería al pueblo el logro de esa meta?.