jueves, 22 de febrero de 2018
Centro cultural Kirchner
Se tiene conciencia de lo que se pierde pero no de lo que se consiguió o mejor dicho de lo que fue necesario para conseguir lo que se consiguió. Claro, es abrumador enumerar cada logro porque fueron muchos y aún más adosarle la historia de las resistencias con que se encontraron. Ya lo dije, nunca se hizo la historia del antiperonismo, por eso vuelven los mismos tipos y lo que es peor las mismas políticas antipopulares votadas por el pueblo. Los derechos no se los tiene porque correspondan sino porque son productos de una lucha y del sacrificio de mucha gente. Y lo mínimo que se puede pedir es que no se los prive del nombre. El centro cultural que se hizo allí donde estaba el correo Argentino propiedad del angel exterminador no se llama CCK, se llama Kirchner aunque les moleste mucho relacionar al peronismo con la cultura y no con la barbarie como están acostumbrados
lunes, 19 de febrero de 2018
Pequeña fábula Argentina
Un día el presidente de la televisión se le ocurre ser presidente del fútbol. El presidente del mercado que ha logrado la presidencia de la república siendo presidente del club más popular, presiente que si el presidente de la televisión es además presidente del fútbol su puesto de presidente de la nación y aún el de presidente del mercado corre peligro. Inventan un empate imposible. Hay 75 miembros y sin embargo la votación sale 38 a 38. Finalmente le hacen entender al presidente de la televisión que si sigue intentando ser presidente del fútbol sus negocios se verán perjudicados. El presidente del mercado es ahora presidente de la nación y presidente del futbol. Alguien piensa que tres presidencias son muchas presidencias para una sola persona. Pero ese alguien no es presidente de nada y entonces nadie lo escucha
El ruido de la televisión
1
No bastaba con el periodismo patrullero ahora tenemos el periodista patrón, aquel que increpa al trabajador en huelga. Todavía no bauticé a los que se preocupan por los jubilados en paro bancario y no cuando se les confisca parte del salario
2
Insisto. Muy sofisticado lo de C5N, ningunear al kirchnerismo como oposición o diluirlo con otras fuerzas en retroceso como el massismo o mínimas como el troskismo
3
Qué onda c5n dándole tanto espacio a los partidos troskistas, mayor al del kirchnerismo
4
El bueno de Bercovich, tan bueno que se lo considera de izquierda. Si hasta defiende paternalmente a la gobernadora Vidal por su condición de género y en su cruzada justiciera defiende a la gente que no es tonta y que si votan a sus victimarios es por culpa de adivinen quien. La batalla cultural quedó bajo tierra enterrada por sepultureros con cara de buenos
5
Los periodistas simpáticos. Poco creíbles. Guionados con textos berretas mal recitados. La información más importante: si llevar paraguas o no; si hay que llevar un saquito por las dudas
No bastaba con el periodismo patrullero ahora tenemos el periodista patrón, aquel que increpa al trabajador en huelga. Todavía no bauticé a los que se preocupan por los jubilados en paro bancario y no cuando se les confisca parte del salario
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Insisto. Muy sofisticado lo de C5N, ningunear al kirchnerismo como oposición o diluirlo con otras fuerzas en retroceso como el massismo o mínimas como el troskismo
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Qué onda c5n dándole tanto espacio a los partidos troskistas, mayor al del kirchnerismo
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El bueno de Bercovich, tan bueno que se lo considera de izquierda. Si hasta defiende paternalmente a la gobernadora Vidal por su condición de género y en su cruzada justiciera defiende a la gente que no es tonta y que si votan a sus victimarios es por culpa de adivinen quien. La batalla cultural quedó bajo tierra enterrada por sepultureros con cara de buenos
5
Los periodistas simpáticos. Poco creíbles. Guionados con textos berretas mal recitados. La información más importante: si llevar paraguas o no; si hay que llevar un saquito por las dudas
viernes, 16 de febrero de 2018
Vislumbres del yo
1
Por qué decir, elegir una palabra, sería silenciar las otras. En todo caso tengo las demás palabras a mí disposición y lo que es más importante a disposición de una respuesta. Decir es decirle al otro
2
Ser para la muerte es ser en tránsito pero también es saber que cada instante es único y que hay un imperativo de vivirlo
3
Decir yo soy es decir yo estoy siendo.
4
Si yo digo lo mismo con otras palabras no significa que haya palabras sobrantes o redundantes. Habría en cambio un yo que busca desesperadamente su palabra o si se quiere hay un yo que debería callar. El silencio también es una búsqueda
Por qué decir, elegir una palabra, sería silenciar las otras. En todo caso tengo las demás palabras a mí disposición y lo que es más importante a disposición de una respuesta. Decir es decirle al otro
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Ser para la muerte es ser en tránsito pero también es saber que cada instante es único y que hay un imperativo de vivirlo
3
Decir yo soy es decir yo estoy siendo.
4
Si yo digo lo mismo con otras palabras no significa que haya palabras sobrantes o redundantes. Habría en cambio un yo que busca desesperadamente su palabra o si se quiere hay un yo que debería callar. El silencio también es una búsqueda
lunes, 5 de febrero de 2018
Hay un escritor
Para Horacio Gonzalez, porque no escribe con el lenguaje de la máquina
Ya no hay escritores. Fueron eliminados uno a uno por el Directorio. Nadie recuerda exactamente por qué, tampoco interesa demasiado el motivo. Todos los libros que se pueden comprar fueron escritos por la Máquina. Todo lo que necesitamos saber lo sabemos por la Máquina. Hay una sola verdad. Ya nadie inventa mundos inexistentes. No hace falta, somos felices hace siglos. Sin embargo, hace algunos días, alguien sugirió que podría haber quedado un escritor. Alguien que incluso conoce lo que llamaban literatura: papeles manchados en lenguajes que la máquina no usa. Pero quién pudo decir tal cosa y cómo pudo enterarse sino fue la máquina quién se lo informó. Si existió ese alguien debe haber sido ejecutado. Cómo lo se yo. Muy simple: soy el que tiene que encontrar al escritor y matarlo
2
Lo que sé lo tengo que olvidar. A su debido tiempo, cuando haya terminado mi trabajo. Es parte de nuestro oficio: saber y olvidar. Hacemos un trabajo de limpieza y luego nos lavamos cuidadosamente las manos. Sino fuera así no podríamos hacer nuestro trabajo. Sino fuera así el Directorio no podría gobernar y a nosotros nos resultaría imposible vivir tranquilos. Saber y olvidar. Ese es el fundamento del sistema.
Cómo reconocer a un escritor. Se me ha dicho que eran como nosotros pero que leían en secreto a otros escritores que como ellos inventaban lenguajes distintos. Leían, escribía y lo peor de todo: no olvidaban
3
Antes de que existiera la Máquina estábamos perdidos, confundidos tal vez por los lenguajes que inventaban los escritores. Ahora lo sé y tal vez lo tenga que olvidar
4
Saber. Cuántas cosas más debo saber. ¿Lo soportará mi sistema o elegirán a otro? Un escritor no puede dejar de escribir. En algún momento se equivocará y le contará a alguien una historia que no se haya publicado en la Máquina. Alguien, algún día, hablará un lenguaje perfumado, disonante, inentendible, insoportable. Pero cómo enterarse, no podemos controlar a cada uno. Aunque tal vez solo haya uno capaz de hacerlo y será suficientemente escandaloso como para que me entere.
5
El lenguaje no es otra cosa que matemáticas. A un número determinado de palabras le corresponde un número limitado de combinaciones posibles. La máquina pudo resolverlo. Hubo muchos modelos hasta que lograron uno que llegara a conocer todas las combinaciones posibles. Y se demostró que había un amplio número de ellas que eran inútiles. Y lo que es peor confusas. El lenguaje de la Máquina es fundamentalmente claro y preciso, ni más, ni menos. Solo de esa claridad podía finalmente conocerse la verdad que es única.
Qué pasaría entonces si apareciera un escritor y destruyera la Máquina. Lo podría hacer. Bastaría que inventara nuevas combinaciones que la harían funcionar en falso y la descompondrían. No habría entonces mundo, no habría verdad, no habría nada
6
Solía tener los huesos desnudos. Unos ojos que hacían recordar a la lluvia. Besos que nunca le dí se quemaban junto a los papeles de un mundo prohibido
7
Basta, mi memoria está agotada. No sé cómo entran las palabras en mi alma. Tengo miedo de ser el escritor
Ya no hay escritores. Fueron eliminados uno a uno por el Directorio. Nadie recuerda exactamente por qué, tampoco interesa demasiado el motivo. Todos los libros que se pueden comprar fueron escritos por la Máquina. Todo lo que necesitamos saber lo sabemos por la Máquina. Hay una sola verdad. Ya nadie inventa mundos inexistentes. No hace falta, somos felices hace siglos. Sin embargo, hace algunos días, alguien sugirió que podría haber quedado un escritor. Alguien que incluso conoce lo que llamaban literatura: papeles manchados en lenguajes que la máquina no usa. Pero quién pudo decir tal cosa y cómo pudo enterarse sino fue la máquina quién se lo informó. Si existió ese alguien debe haber sido ejecutado. Cómo lo se yo. Muy simple: soy el que tiene que encontrar al escritor y matarlo
2
Lo que sé lo tengo que olvidar. A su debido tiempo, cuando haya terminado mi trabajo. Es parte de nuestro oficio: saber y olvidar. Hacemos un trabajo de limpieza y luego nos lavamos cuidadosamente las manos. Sino fuera así no podríamos hacer nuestro trabajo. Sino fuera así el Directorio no podría gobernar y a nosotros nos resultaría imposible vivir tranquilos. Saber y olvidar. Ese es el fundamento del sistema.
Cómo reconocer a un escritor. Se me ha dicho que eran como nosotros pero que leían en secreto a otros escritores que como ellos inventaban lenguajes distintos. Leían, escribía y lo peor de todo: no olvidaban
3
Antes de que existiera la Máquina estábamos perdidos, confundidos tal vez por los lenguajes que inventaban los escritores. Ahora lo sé y tal vez lo tenga que olvidar
4
Saber. Cuántas cosas más debo saber. ¿Lo soportará mi sistema o elegirán a otro? Un escritor no puede dejar de escribir. En algún momento se equivocará y le contará a alguien una historia que no se haya publicado en la Máquina. Alguien, algún día, hablará un lenguaje perfumado, disonante, inentendible, insoportable. Pero cómo enterarse, no podemos controlar a cada uno. Aunque tal vez solo haya uno capaz de hacerlo y será suficientemente escandaloso como para que me entere.
5
El lenguaje no es otra cosa que matemáticas. A un número determinado de palabras le corresponde un número limitado de combinaciones posibles. La máquina pudo resolverlo. Hubo muchos modelos hasta que lograron uno que llegara a conocer todas las combinaciones posibles. Y se demostró que había un amplio número de ellas que eran inútiles. Y lo que es peor confusas. El lenguaje de la Máquina es fundamentalmente claro y preciso, ni más, ni menos. Solo de esa claridad podía finalmente conocerse la verdad que es única.
Qué pasaría entonces si apareciera un escritor y destruyera la Máquina. Lo podría hacer. Bastaría que inventara nuevas combinaciones que la harían funcionar en falso y la descompondrían. No habría entonces mundo, no habría verdad, no habría nada
6
Solía tener los huesos desnudos. Unos ojos que hacían recordar a la lluvia. Besos que nunca le dí se quemaban junto a los papeles de un mundo prohibido
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Basta, mi memoria está agotada. No sé cómo entran las palabras en mi alma. Tengo miedo de ser el escritor
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