La espalda encorvada del antiperonismo lleva dos piedras que como recurrentes fantasmas presionan toda vez que se la quiere negar: los crímenes de la dictadura y la poco disimulada hediondez de los negocios de Mauricio Macri.
El gran triunfo de la guerra fría dejó una renta que permitió treinta años de acumulación pero todo tiene un final todo termina (Vox Dei). En el furor de aquel triunfo Marianito Grondona era bueno y Varguitas ligaba el neoliberalismo con la democracia. Y a no olvidarse de la filosofía de la derrota, asesina serial de los conceptos hegeliano marxistas, llamese sujeto, totalidad y sobretodo dialéctica.
El invento entonces de una nueva derecha libertaria termina asociada al fantasma del golpismo militar y a los ministros del ajuste neoliberal. La nueva derecha no tiene nada nuevo. Su discurso de democracia lo dice Aldo Rico y el de igualdad de oportunidades Lopez Murphi