La cadena de acontecimientos que solíamos llamar historia, luego de las sucesivas derrotas de una cultura basada en las palabras, parece reducirse a una larga secuencia de fotos.
Es ahí, en el imperio de las imágenes, donde se ha destacado, en los últimos años, la revista Noticias. No se recuerda especialmente ninguna editorial, no podríamos nombrar ningún grupo de prestigiosos intelectuales que hayan escrito ahí, sí una sucesión de fotos de tapa de las que luego hablaremos. Esta revista Noticias, es hija, recordemos, de la confusa revista La Semana. Ese medio, La Semana digo, algo amarillista, mezcla de destape y política, en conflicto con el gobierno militar también por algunas fotos de tapa, por ejemplo la que mostraba la troupe del programa de Sofovich con el Tigre Acosta, espectacular síntesis de lo que fue la dictadura (aclaro que el adjetivo espectacular no es elogioso sino meramente descriptivo). También fue espectacular el exilio de su Director Jorge Fonteveccia en la embajada de Venezuela y la clausura de la revista.
Mientras mis dedos recorren algo aburridos el teclado, recuerdo otra revista, de la misma editorial, que aún se puede encontrar en los kioskos, me refiero a la revista Caras. Esa revista fotografiaba el botín de guerra de los menemistas y hasta al asesino Astiz bailando tranquilamente en algún local de la noche porteña. En su decadencia, cuando ya no encontraban elenco político para sus fotos, no tuvieron mejor idea que fotografiar al Flaco Spinetta en su deterioro final.
Fotos, ellos disparan fotos.
Volvamos a la Revista Noticias. Su tapa más notoria en los comienzos del menemismo fue una en la que se veía a la ingeniera Alsogaray desnuda bajo un tapado de piel. No se a que interna correspondía esa foto. Se sabe, una revista dirigida a la clase media, prefería a Domingo Cavallo, catedrático en Harvard, sobre Carlos Menem, oscuro presidente del Partido Justicialista. Esa interna, luego de otra foto, en la que se mostraba al hasta ese entonces oculto empresario Alfredo Yabrán, terminó en el asesinato, dramático símbolo de lo que venimos hablando, de un fotógrafo, José Luis Cabezas. Este empresario, Alfredo Yabrán, disputaba el negocio del correo con una empresa norteamericana, cuyo lobbista era el propio ministro de economía Cavallo. Poco tiempo después se suicidaba, había dicho que sacarle una foto era como pegarle un tiro en la cabeza.
Fotos, ellos disparan fotos.
En los últimos años de gobierno kirchnerista la revista se ubico en un frente cultural, agrario, financiero y político que se llama a si mismo oposición. Produjo tapas especialmente ofensivas, cuya víctima principal fue y es la presidenta de la nación, y cuyo propósito secreto acaso sea el de lograr la clausura de la revista, antes de que la pidan los deudores, y de convertir a su director, nuevamente, en un exiliado heroico, aunque esta vez no en la embajada de Venezuela, tal vez la de Colombia.
Fotos, ellos disparan fotos.
En el último número de la revista salió en la tapa la novia del vicepresidente Boudou, Agustina Kampfer. Son unos desnudos que salieron hace diez años en una revista digital y que según parece no contaron con el consentimiento de la modelo para la nueva publicación. No se que intención tendrían cuando fueron publicadas diez años atrás, publicadas en ese medio hoy, parece un sórdido mensaje mafioso.
Desgastadas todas las formas del titulado sensacionalista por los diarios opositores referidas al supuesto delito de corrupción del vicepresidente, se llega a esta foto de una violencia simbólica inaudita. Es una síntesis brutal, no ya de la clase política, como podía ser la foto de María Julia Alsogaray, sino la de los medios de comunicación que nacieron junto con el comienzo de la propiedad privada en la argentina, años que la oligarquía solía recordar con nostalgia, en los que el general Mitre inauguraba un diario y el general Roca repartía las tierras.
Fotos, ellos disparan fotos
jueves, 28 de agosto de 2014
domingo, 10 de agosto de 2014
¿Cuánto cuesta la tapa de la Rolling Stone?
¿Qué es lo que nos define como seres humanos? La pregunta es pertinente, si se tiene en cuenta que según el pensamiento sociológico, en la actualidad, la insatisfacción identitaria es el problema central del individuo moderno.
Será que los edificios que sostenían la modernidad, parecen debilitados o directamente muertos: la familia que nos nombraba y nos hablaba en una lengua; el colegio, algo desdibujado en una sociedad del conocimiento que necesita solo de una formación permanente para un grupo pequeño de trabajadores calificados y para la cual la educación universal es solo un gasto superfluo e inútil. Pero lo que parece más dañado es el concepto de trabajo que significó la forma en la que el hombre intencionaba sobre el mundo y lo creaba creándose al mismo tiempo en un escenario al que todavía llamábamos coherentemente fábrica.
No es que estas instituciones desdibujadas hayan deparado la felicidad para los hombres sino más bien, sobretodo en países periféricos como el nuestro, todo lo contrario. Pero notamos que esta sustitución simbólica que está ocurriendo, en el lugar vacío dejado por la modernidad, no es ya la sociedad transparente de la que hablaba Vattimo, sino más bien un mundo berreta de ganadores y perdedores. El territorio donde se juegan los conflictos de esta realidad parece ser ese campo cultural de la llamada sociedad del entrenimiento.
Esa identidad de ganador fue reclamada, en una nota en la revista Rolling Stone de la Argentina, por el ¿músico? que se hace llamar Ciro, ex líder de una grupo que se llamó Los Piojos. Aclaro que la nota no la leí en la revista misma sino en ese balde discursivo que es el sitio de internet del diario Clarín. Ya en la bajada de la nota hay un fragmento inperdible:"si vos no llevás a nadie a tu show y de repente estás cobrando un fangote, tu defensa está condicionada". Se ve que este señor cree que esta sociedad del entretenimiento de la que hablamos es una sociedad jerárquica en la que los perdedores, es decir los que no llevaron suficiente gente a sus shows, han mermado en su capacidad críticas. No habla de la calidad del espectáculo que llena esos estadios que él menciona. Violeta, por ejemplo, llevó más gente en una misma noche que lo que llevo Dino Saluzzi en toda su carrera. ¿Cuál será la calidad ciudadana de cada uno? Dino en silencio y Violeta en la tapa de todas las revistas. Es en definitiva lo que sucede, así que un punto a favor de Ciro.
Un escalón más abajo de los que no llenan los teatros lo tendrían los que cantan en los actos del gobierno. Ellos son sin duda gente carente de honestidad que suponemos recibirá su merecido castigo una vez que la dictadura se termine en casi un año. Ciro que nunca ha tocado en actos del gobierno,se declara a sí mismo como independiente. ¿Será que este señor carece de información sobre el lugar que ocupa, es decir la historia de los medios que le hacen notas y las empresas que auspician su espectáculo? ¿Será que creerá que su estética pegajosa nunca entrará en conflicto con su conciencia? Dejo en suspenso esas respuestas, solo las podría responder él y este blog tiene 9 seguidores, dato que invalida todo lo que pueda ser publicado en él
Será que los edificios que sostenían la modernidad, parecen debilitados o directamente muertos: la familia que nos nombraba y nos hablaba en una lengua; el colegio, algo desdibujado en una sociedad del conocimiento que necesita solo de una formación permanente para un grupo pequeño de trabajadores calificados y para la cual la educación universal es solo un gasto superfluo e inútil. Pero lo que parece más dañado es el concepto de trabajo que significó la forma en la que el hombre intencionaba sobre el mundo y lo creaba creándose al mismo tiempo en un escenario al que todavía llamábamos coherentemente fábrica.
No es que estas instituciones desdibujadas hayan deparado la felicidad para los hombres sino más bien, sobretodo en países periféricos como el nuestro, todo lo contrario. Pero notamos que esta sustitución simbólica que está ocurriendo, en el lugar vacío dejado por la modernidad, no es ya la sociedad transparente de la que hablaba Vattimo, sino más bien un mundo berreta de ganadores y perdedores. El territorio donde se juegan los conflictos de esta realidad parece ser ese campo cultural de la llamada sociedad del entrenimiento.
Esa identidad de ganador fue reclamada, en una nota en la revista Rolling Stone de la Argentina, por el ¿músico? que se hace llamar Ciro, ex líder de una grupo que se llamó Los Piojos. Aclaro que la nota no la leí en la revista misma sino en ese balde discursivo que es el sitio de internet del diario Clarín. Ya en la bajada de la nota hay un fragmento inperdible:"si vos no llevás a nadie a tu show y de repente estás cobrando un fangote, tu defensa está condicionada". Se ve que este señor cree que esta sociedad del entretenimiento de la que hablamos es una sociedad jerárquica en la que los perdedores, es decir los que no llevaron suficiente gente a sus shows, han mermado en su capacidad críticas. No habla de la calidad del espectáculo que llena esos estadios que él menciona. Violeta, por ejemplo, llevó más gente en una misma noche que lo que llevo Dino Saluzzi en toda su carrera. ¿Cuál será la calidad ciudadana de cada uno? Dino en silencio y Violeta en la tapa de todas las revistas. Es en definitiva lo que sucede, así que un punto a favor de Ciro.
Un escalón más abajo de los que no llenan los teatros lo tendrían los que cantan en los actos del gobierno. Ellos son sin duda gente carente de honestidad que suponemos recibirá su merecido castigo una vez que la dictadura se termine en casi un año. Ciro que nunca ha tocado en actos del gobierno,se declara a sí mismo como independiente. ¿Será que este señor carece de información sobre el lugar que ocupa, es decir la historia de los medios que le hacen notas y las empresas que auspician su espectáculo? ¿Será que creerá que su estética pegajosa nunca entrará en conflicto con su conciencia? Dejo en suspenso esas respuestas, solo las podría responder él y este blog tiene 9 seguidores, dato que invalida todo lo que pueda ser publicado en él
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