jueves, 26 de enero de 2012

Una teoría de la rebelión

     En estos tiempos arduos en los que Europa, como un Fernando séptimo cautivo no ya de Napoleón sino de los mercados financieros, ya no puede entregarnos sus exquisitos planes para vivir, recorre la periferia el fantasma de la rebelión.
     No parece una revolución producida por un mecanismo inmanente de la historia, tampoco por el desarrollo de un proletariado industrial que hoy, hasta en los países centrales parece estar dando los últimos estertores. La rebelión parece estar dándose mediante la vieja fórmula del populismo.
     Esa herramienta imperfecta está hecha con alambres del arado, con útiles escolares, con computadoras de oficina. Es decir, lo que llamaremos sujeto-pueblo son los campesinos, empleados, pequeños comerciantes e incluso algún empresario fundido. Peronismo gritaran horrorizados algunos, Kirchnerismo, se atreverán a ironizar otros. El Alberdi póstumo podría decir, caudillos, democracia imperfecta, la voluntad de la multitud popular, la elección del pueblo, democracia mal organizada y por ello mejor que la democracia inteligente para una minoría porteña europeizada.
     Sujeto-pueblo y la herramienta oxidada del estado social, los restos que olvidaron los depredadores, los escorpiones de la historia.
     Esta nota continuará, porque la historia continuará, como las antiguas series en blanco y negro que veíamos de chicos. Habrá que seguir narrando el laborioso caminar de ese sujeto-pueblo, contrahecho, feo, despreciado por los queridos amigos que agitarán frente a él, su vetusto izquierdómetro, o aquellos menos queridos que usarán el peronómetro que compraron en alguna tienda de la triple frontera.
     Yo, aunque ellos seguramente no se enterarán, les dedico estas lineas.

1 comentario:

  1. Me pareció muy bueno el artículo. El concepto sujeto-pueblo que a varios les sonará mal,ha traído algunos conflictos políticos. También este concepto se debe reposicionar de acuerdo al momento histórico que se vive. No es lo mismo los saqueos en la época de Alfonsín que los cacerolazos en el gobierno de De la Rua. Creo que hoy varios bien posicionados, espero que esto perdure.

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