Nada más tranquilizador que un diccionario. Ahí guardamos las palabras con los significados que se han sedimentado con el tiempo. Podemos estar seguros que cada vez que las busquemos significarán lo mismo. Es la prueba de que hemos escapado de la trampa Babélica. Es decir, que finalmente la comunicación entre los hombres es posible mediante el uso de esos libros que en general vienen en tapa dura y que en otras épocas se compraban en cuotas para ponerlos intactos en la estantería del living.
Sin embargo, a medida de que nos encontramos con los otros comprobamos que los malos entendidos se siguen produciendo con gran facilidad y frecuencia..
Uno puede escuchar en una discusión, dicho con angustia: ¡yo no quise decirte eso! Es ahí donde se producen los choques de interpretaciones entre los que hablan y los que escuchan, casi como si se hablara en idiomas distintos, como si el lenguaje siempre posibilitara una vuelta más del sentido que supuestamente debería quedar claro en aquellos libros que compramos..
Mucho más complejo es entonces cuando una corriente política decide hablarle a la sociedad y más aún cuando intervienen los medios de comunicación.
Por estos días hay un congreso de espiritualidad en Buenos Aires. No sabemos demasiado acerca de sus participantes y tampoco es el propósito de estas lineas profundizar en el conocimiento de esta corriente cultural. Lo que nos impulsa a escribir, lo diremos claramente, es la incomodidad y la confusión que nos produce la relación de la palabra espitualidad y la corriente política que lidera Mauricio Macri.. Tal vez se deba a que aunque usamos las mismas palabras hablamos idiomas distintos.
Paralelamente a este congreso de espiritualidad se produjo un conflicto en la escuela pública de la ciudad de Buenos Aires por un juego didáctico basado en el Eternauta. El juego es impulsado por el grupo político La Cámpora y se realizaba en los colegios previa autorización de las autoridades. El ministro de educación de la ciudad, en sincronía con una serie de notas condenatorias aparecidas en los diarios de más tirada, lo prohibió y habilitó una linea telefónica para que los padres puedan denunciar la intromisión de la política en las escuelas.
Entonces, para empezar a explicarnos qué es lo que entiende por espiritualidad el grupo cultural-político liderado por Mauricio Macri y para empezar a escribir un diccionario que ayude a entenderlos, diremos que espiritualidad es para ellos la ausencia de la política, en la medida que asocian la política al interés partidario, la corrupción, la intromisión del estado y la falta de libertad para los negocios.
No es de extrañar pues que el ministro de educación de esa corriente conciba una pedagogía de la denuncia policial de las actividades políticas y que prohíba en consecuencia el Eternauta y despida a docentes que se atrevan a parodiarlo y a debilitar en consecuencia lo que el más aprecia de si mismo que es su autoridad.
Nosotros creemos que ese grupo detesta la política en la medida de que sospecha que se puede poner en peligro sus intereses y toma en su reemplazo a la espiritualidad en la medida de que entienden que esa corriente puede ser reducida al discurso hueco de la publicidad. Por ejemplo: si sucede conviene. Esa frase sorprendente es la consigna que pone en su pared el guía espiritual de la televisión Marcelo Tinelli. Claro que les conviene y que nadie venga a joder con la política ni que intente cobrarles impuesto ni impedirles comprar los dólares que necesitan para gastar en Miami.
En su corto paso por el servicio militar, Charly García escribió una canción llamada "Botas Locas". La letra decía: "si ellos son la patria yo soy extranjero". Yo puedo decir entonces, parafraseando: si ellos son espirituales yo soy materialista (y dialéctico)
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