lunes, 8 de abril de 2019

Leer el tiempo

La lectura, sobretodo de textos largos, niega la noción de actualidad de eterno presente que propone el sistema.
Estamos transmitiendo en vivo suele declararse en televisión. Lo que se ve es lo que está sucediendo, es realidad, es verdad. En realidad es artificio.
La literatura, la buena literatura, no solo no niega lo inactual sino que lo utiliza como elemento ficcional. El Pierre Menard de Borges postula eso, el autor escribe en un tiempo y la lectura sucede en otro. Ese pase de magia modifica el texto y le otorga plasticidad. El lector salteado de Macedonio, el tablero de Rayuela, desarman los bloques de sentido y ofrecen un flujo donde ese sentido se disputa.
La escritura también es salteada. Aún un poema o algunos cuentos cuyos autores declaran haberlos escrito de una sentada, en general hay que decir que fueron escribiéndose fuera del papel para luego plasmarse.
El libro es algo entero pero en realidad está cocido por las laboriosas manos de los artesanos.

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