jueves, 28 de noviembre de 2019
Fuego propio
El golpe a Evo, el triunfante golpe, derramó sangre pero no levantó demasiado polvo. Se sabe, la sangre de los de abajo es barata por eso se derrama con tanta frecuencia. Qué decir de los medios. Ellos continúan con prolijidad el trazo de las balas. En cuanto a las compañeros y compañeras, me entristece comprobar cómo los desencuentros se repiten, cómo desde escenarios platónicos se dictan verdades a la vez cómodas y excluyentes. La derecha, entonces tranquila, ni siquiera tiene que gastarse en descalificar líderes populares, ya hay una fila de aspirantes dispuestos a hacerlo
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