Los compañeros presos son presos políticos, pero su libertad no tiene que ser consecuencia de la voluntad monárquica del presidente sino del desarme de la estructura judicial y parajudicial. Sobretodo de la sanción del señor Lorenzetti y del señor Irurzun. Tal vez muchos no se acuerdan pero cualquier programa político tenía a su disposición las conversaciones íntimas de la ex presidenta y las escuchas estaban a cargo de la corte suprema. Eso podría ser un caso menor si se lo compara con las prisiones preventivas producto de " la doctrina Irurzun". Pero qué tranquilidad puede tener la gente de a pie si el órgano superior de la justicia es responsable de tamaña grosería.
Llamar a esta discusión semántica es una banalización que despolitiza el asunto. Nadie dijo que iba a ser fácil.
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