Veo en esta creciente industria de lo espiritual una intención de disociar ese concepto de cualquier relación con el conflicto social y con la historia. En la confusión del consumo son neutralizadas sabidurías ancestrales valiosas y auténticas.
Estás sabidurías místicas se despegan de lo social y de lo histórico porque su verdad no es producto de una discusión o de una argumentación sino que son reveladas e indiscutibles.
Uno podría preguntarse por qué se han desarrollado, en el caso de las orientales, en sociedades de castas y qué papel juegan en su combate o en su afirmación, pero esa discusión no se habilita.
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