sábado, 6 de marzo de 2021

Tiempo y espacio

 En algún momento de mi mala relación con los medios me refugié en las columnas. Me parecía que se podía encontrar en ellas hasta la presencia de lo literario o por lo menos lo que llamamos estilo. En fin, una escritura con nombre y apellido. Si el cuerpo del diario se despersonalizaba en un estilo ordinario y si los diccionarios se resumían a unas pocas páginas, ahí estaban escritores y editorialistas, no todos por supuesto, reservando un lugar para las palabras. Aclaro que estoy hablando de las formas, no de la orientación política de los que escribían. Recuerdo con nostalgia las columnas de Tomás Eloy Martinez, por solo nombrar a alguien que escribía en la tribuna de doctrina.

Un diario tiene la buena idea de llamar escritores para ofrecerles un espacio. Bien. Confieso que es un diario y una editorial que no se me hubiera ocurrido visitar, pero ahí escriben dos escritores que me interesan, la querida Silvia Hopenhayn y el respetado Martín Kohan. Leí sus columnas y más allá de que leyéndolas uno nota el trato distinto que recibe el lenguaje, las palabras apenas respiran en el pequeño, casi asfixiante espacio que disponen.
Eso muestra el poco respeto que se le tiene a lo literario en los medios. Si hace años se decía el mensaje es el medio, hoy se podría decir: el espacio es el mensaje. Espacio y tiempo. Supongo que el sueño es reducir la literatura al lenguaje televisivo donde el tiempo es tirano y la que manda es la publicidad. En fin, perdonen ustedes.
Marcela Barrenti

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