Qué es una operación política. Por lo pronto no es la verdad, pero tampoco es una mentira, se trata más bien de una ficción. Es un acto cuya finalidad es disfrazada y es necesario que lo sea para potenciar su efectividad.
La operación política, en el mejor de los casos, busca volcar a la política al terreno de las interpretaciones mediáticas donde los profesionales de la información encuentran un protagonismo desmedido y la clase política se reduce a un papel secundario y sin dudas deslucido.
Si esa operación es exitosa la iniciativa política quedará en mano de quien la armó, diríamos que esa es la finalidad desde un principio. Tener la iniciativa es como en ajedrez jugar con las blancas, es decir, obligar al adversario a que se limite a actuar dentro de mi estrategia.
Si gano es porque el adversario no logró romper la telaraña ficcional.
¿Es el caso Nisman una operación política? Hay que recordar que la trama de la historia no empieza ahora sino veinte años atrás con el atentado a la AMIA y luego con los diez años que el fiscal tuvo a su cargo la investigación que desembocó en una denuncia que aún luego de su muerte ningún juez se dispone a aceptar. Luego tenemos la muerte del fiscal. ¿Fue un asesinato o fue un suicidio? Creo que en ese punto es cuando hay que abandonar cualquier intención de responder. No hay manera de hacerlo sin enlodarse en el conventillo berreta que la operación ha preparado para nosotros y para cualquiera que intervenga, incluso la presidenta de la nación que se precipitó en escribir dos notas en facebook, notas que la debilitaban y la entregaban al lenguaje mediático. Luego, para alivio de todos nosotros, tomó el centro del ring y desactivó de un plumazo (un golpe de Knock out sin duda) esa usina de operaciones políticas que era la SIDE.
Hoy está en China gobernando, haciendo política de estado, que es en definitiva todo lo contrario, que es la negación, de toda operación política
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