La señora, como suele decirse, se pasó de la raya. Aunque debería decir que no hay ética para la señora si entendemos a la ética como algún tipo de limitación externa a su propia voluntad. Los límites fueron hechos para la gente ordinaria y como todo el mundo sabe la señora es una excepción Acaso la señora respete las relaciones de fuerza, su percepción de el flujo de esas relaciones, que le ha permitido permanecer ajena a los avatares de la historia.
Qué significa que la señora rompió un límite. Significa que hizo un uso abusivo, diría también arbitrario, de sus posibilidades. Pero alguien como ella actúa de esa manera porque su intención es que los ordinarios teman. Qué pasará con nosotros si la señora se enoja, si decarga su arbitrariedad sobre sus amigos, Scioli en este caso, que puede pasar si la enfoca en cualquiera de nosotros. Sucede que nosotros para ella somos tan pequeños como el lente de la máquina a la que mira para hacer su trabajo represivo.
Qué pasó en concreto, cuál fue la escena que se vió por televisión. La señora invitó a su programa a Silvestre, un cantante creo retirado, unánimemente ignorado, que ahora sabemos se llama José Luis Rodriguez. Ese señor cuenta en el programa una historia faulkneriana que no nos interesa transcribir.
Pasar un límite. Por qué. Por qué en este momento. Tal vez una crueldad tan excesivo, tan barata, sea de alguna manera ejemplificadora. Basta derramar la mierda sobre un personaje notorio para derramarla sobre toda la sociedad
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