Una querida amiga posteó un dibujo en el que se veía una Madre de Plaza de Mayo y a una militante feminista: nada más acertado. Lo de anoche hizo más intenso a lo anterior, y lo anterior cobro potencia en lo de anoche. Un hilo sagrado que cosen miles de manos. El héroe colectivo del que hablaba Oesterheld.
Nadie lo pudo aparatear. El gobierno intenta e intentará despolitizar lo ocurrido. Porque eso, la politización de los jóvenes en la más pesada herencia que el gobierno oligárquico debe soportar. Ver la calle llena de alegría de las compañeras, sobretodo de las más niñas y porque no de los varones que tambien llevan el pañuelo verde en la mochila es el gran triunfo de los doce años.
Nadie puede olvidar el desierto de los noventa: la calle, en aquel entonces estaba llena de lo que en España caracterizaron como pasotas, aquellos que luego de la derrota se acomodaba al sistema, y de excluidos. Hoy retorna la pobreza pero también florece la resistencia. Nada va a ser fácil pero mientras tanto disfrutemos esta alegría
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