No hay que convencerlos, hay que derrotarlos. Si el retorno al nestorismo sirve como lo hizo en la salida del 2001 para salir del infierno: bien. Si se cree, con una mezcla de ingenuidad de unos y cinismo de otros, que se podrá recuperar lo que se perdió del salario con bellos argumentos, vamos hacia una nueva desilusión que terminará en bolsonarismo.
Vamos por partes. Primero saquemos los peones, los caballos y los alfiles y finalmente ataquemos con las torres y con la temible dama.
Alberto no tenía razón en 2008. La dama salvó la partida avanzando temerariamente cuando se esperaba que se cayera.
El enfrentamiento es inevitable. El salario y las condiciones de vida de cada uno de nosotros sufrió un deterioro propio de una guerra.
Porque hay una guerra
Primero hay que salir de las cuerdas: de acuerdo. Pero luego hay que empezar a devolver golpes
No hay que convencerlos, hay que derrotarlos.
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