Qué es lo que, todavía hoy, habiendo pasado ríos de lodo y fuego, no podemos simbolizar. Lo real, diría Lacan, el horror, diría Kurtz con la voz de Marlon Brando.
La locura y la pobreza. Digo: la pobreza que trae la locura, la locura que, sin duda, trae la pobreza.
Nos deslizamos por las calles y nos chocamos con desechos humanos, sentimos ante ellos una mezcla de temor y verguenza, recurrimos a una ideología del engaño y la hipocresía para fingir que creemos que ellos son culpables de algo. ¿Y los chiquitos que está con ellos, de qué son culpables.
¿Qué hacer con la pobreza entonces, qué hacer con la locura?
Yo digo: ningún niño deber dormir en la calle. Yo digo: todos los planes sociales son pocos si hay un solo niño que vive en la calle.
En estas últimas horas una horda militarizada, en nombre, creo, del estado municipal, dió la respuesta de la sangre. Ningún compañero debe permitir que esto vuelva a repetirse: esa debe ser nuestra lucha de ahora en adelante.
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