La historia es esta: un exsecretario de estado fue encontrado tirando bolsas llenas de dòlares por encima del muro de un convento. Algo asì como nueve millones de dòlares. Es poco verosimil, ya lo se, pero hay fotos filmaciones, etc, etc, Todo un despliegue del aparato mediàtico. Es como si lo hubieran intentado por segunda vez. En la primera tuvieron al "testigo" arrepentido en casa de Barrionuevo preparàndolo cinco meses en la espera del comienzo del programa de Lanata. En esta versiòn, el protagonista realiza el delito en tiempo real y frente a las càmaras. Ah, el denunciante, ante se llama Jesus.
Parece que esta gente, en la era de la informàtica, de las tarjetas y de las computadoras, donde las operaciones siempre son "on line", donde hasta es dificil que las compañias de servicio te manden la factura en papel, les gusta los billetes contantes y sonantes. No confìan, como nuestro presidente, en bancos de Panamà o de Bahamas, ni siquiera de Uruguay.
El individuo que confìa màs en los conventos que en los bancos, se llama Josè Lopez. Lo que me impulsa a escribir no es defenderlo, no me interesa, reservo mis fuerzas, si alguna vez se necesitara, para defender a mi familia, a mi novia y a muy contados amigos. Alla èl o alla ellos. Lo que me interesa preguntarme es si esto que pasò es la verdad. Digo la verdad entendida como el nucleo desde el cual se puede explicar la realidad. O, en cambio, es verdad que tengo que pagar de ahora en adelante, gastos fijos astronòmicos, que hacen que me despierte a la madrugada atemorizado de perder lo poco o mucho que con mi familia logramos reunir luego de años de esfuerzos.
Cuàl es la verdad. Pueden ser las dos cosas, ya que las dos ocurrieron efectivamente, el robo de Lopez y el plan econòmico del gobierno oligàrquico. La verdad, lo sigo creyendo, es la lucha de clases. No, tal vez, de la manera que la pensò Marx, ya que a su tiempo se encargaron de transformar la sociedad del trabajo en este escenario de especulaciòn y de espectàculo.
La verdad es el sufrimiento de la gente no las operetas de Stiusso. Lo de Lopez puede ser cierto pero no es verdad
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