domingo, 4 de junio de 2017

Sarlo, los Sarlitos y la cultura antiperonista

   El sarlismo literario convertido a esta altura en sarlismo cultural político me parece la cara letrada del neoliberalismo de los ochenta y noventa.
   El grupo Punto de Vista, los integrantes que escribieron en esa célebre revista, digo la propia Sarlo, Hilda Sábato, Carlos Altamirano, se volcaron con entusiasmo al anticristinismo.
   Habían habado toda la vida en contra del populismo, cómo no se iban a sentir cómodos con un gobierno que se teinvindicaba a sí mismo como nacional y popular. Sí habían adherido a las distintas vertientes de la razón cínica, esa ideología que bajaban escritores, franceses y alemanes en los ochenta y los noventa, en especial los franceses, cada vez más berretas y cada vez menos convencidos de lo que decían, cómo iban a apoyar a un gobierno que trataba de cambiar las cosas y se había enfrentado al poder oligárquico campo y a los medios que pagan bien los artículos y que son socios de las editoriales.
   Ahora con Macri no saben qué hacer,aunque siempre queda un o una radical donde refugiarse, bajo el paraguas de una moralidad cínica.
   Los jóvenes sarlistas, ya no tan jóvenes, ya no con raros peinados nuevos sino con trabajosos jopos antipelada, y a cambio con títulos de doctores, están más perdidos que los viejos. Ninguno aceptaría por lo pronto haber sido educado por esa señora llamada Sarlo, ahora les gusta denominarse marxistas (no sé si de Carlos o de Groucho) o anarquistas, pero eso sí del peronismo solo recuerdan, tal vez por defecto generacional u otro defecto, a la triple A y sobre Cristina alguna denuncia del medio en el que trabajan.
   No los ví en la biblioteca nacional mientras la dirigía Horacio Gonzalez, ahora son asiduos bajo el reinado Manguel. Alguien en el barrio diría, tal vez injustamente, dios los cría y el viento los amontona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario