El virus no cayó en Disneylandia, por lo menos en nuestro país vino luego del experimento macrista: poco dinero en el bolsillo, comercios quebrados, consumo por el piso.
En este contexto, algunos intendentes y gobernadores sobreactúan el "cuidado" extremando medidas tomadas por el gobierno nacional.
Esa severidad no la aplican con la avaricia de los empresarios. En estos días ha habido desabastecimiento, producto en parte de la "situación" y en otra de la especulación y sobretodo un aumento desmedido de precios.
Sindrome de Nerón podríamos llamarle, si es que a esta altura conservamos algo de humor.
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