viernes, 27 de noviembre de 2020

Novela, resistencia y redención

 La novela como la posibilidad de una totalidad, una unidad fugaz, transitoria, humana, demasiado humana.

Luego esa unión, que para ser cierta debe incluir su propia negación, se disgrega, estalla en nuestras manos convirtiendo en tragedia nuestras vidas.
Pero nuestra tarea es escribir, es decir, ligar la dispersión fatal del mundo

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Gracias Diego

 Piglia en sus clases dijo que Borges hizo su obra con las bibliotecas y las librerías que había en Buenos Aires en su tiempo y que eso debería ser una lección para todos nosotros. Diego inventó sus jugadas con el barro de Fiorito.

No fueron dioses. Pensar eso es desconocerlos. Aunque me queda claro lo que quiere decir su pueblo cuando lo llama así. Diego fue humano, demasiado humano como diría alguien que anunció la muerte de Dios. Y desde esa humanidad nos mostró que la eternidad puede estar en la plenitud de un instante que fatalmente no durará. Y que los de abajo tienen derecho a ser los mejores del mundo: él lo fue.
Gracias compañero. Nos esperará tu luz en un momento no tan lejano

lunes, 16 de noviembre de 2020

Defensa y crítica del gobierno popular

 ¿Se debe atacar o se debe defender al gobierno de Alberto Fernandez? Me refiero, por supuesto a los compañeras y compañeros que reconocemos la conducción de Cristina. Creo que se trata más bien de cómo se critica y cómo se defiende. Sospecho que cuando la crítica es correcta también es una defensa aunque suene paradójico. Vamos al ejemplo que me impulsa a escribir y que viene de un lúcido señalamiento que me hizo una compañera en una polémica sobre este tema que sucedió en este mismo espacio. Se trata del tema del IFE, ingreso familiar de emergencia.

La oligarquía, que es la dueña de los diccionarios, logró instalar que la suspensión de ese ingreso de emergencia que instaló el gobierno en el momento que se ingresó en la cuarentena estaba relacionado con las negociaciones en curso con el fondo. Esa malicia, hay que decirlo, está alimentada por un error no forzado del gobierno. No del ministro Gusmán que llevó a cabo una meritoria negociaciación con los bonistas privados y está llegando a un arreglo aceptable con el fondo. Pero a las medidas económicas hay que darles contenido simbólico y político y ahí es donde se ha fallado y creo humildemente que el responsable es el presidente. Cómo muy bien me marcó la compañera (esa compañera tiene nombre, se llama Laura Coscia y es hija del amigo Sergio) esta suspensión se da en el mes de diciembre donde miles de familias se reúnen a festejar y a reencontrarse en las fiestas. Es un error grave en un presidente peronista compañero Alberto. Apoyo su gobierno y estas lineas están en ese contexto. Vivimos una campaña de acoso y derribo, hay que corregir ese error, todavía estamos a tiempo

martes, 10 de noviembre de 2020

Borges y Saer discuten sobre La invención de Morel

 Pocos se le animaron a Borges como Saer. Quiero decir, a discutirle con argumentos literarios y además con una poética en la cual respaldarse. Y si los hubo se empequeñecieron con argumentos convencionales, propios de quien leyó mal o lo que es peor con malicia. El mismo Bioy en el prólogo de la célebre antología de cuentos fantásticos que hicieron con el mismo Borges y con Silvina dice de la literatura de su amigo: "son ejercicios de incesante inteligencia y de imaginación feliz, carentes de languideces, de todo elemento humano, patético o sentimental, y destinados a lectores intelectuales, estudiosos de filosofía, casi especialistas en literatura". Ay Adolfito.

La novela, la de Bioy, es genial. Pero qué significa eso. Qué significa el adjetivo de perfecto que le adjudica Borges. O el elogio de Cortázar en Diario de un cuento. Acaso hay un poco de paternalismo ahí. El muy bien diez de las olvidadas maestras de la primaria. En nosotros simples mortales genial significa que el texto soporta numerosas lecturas y en cada una nos aguarda un descubrimiento. Por ejemplo que es un relato de ciencia ficción cuya invención en este caso la máquina que inventa Morel está no solo en nuestro pasado, ni siquiera en el pasado de Bioy sino en el pasado de quien narra. Por ejemplo, esto lo observa Saer, "un mundo donde nada es paisaje y todo decorado, en que todo es imágen y nada es ser",  es decir la maqueta de un mundo tan parecido al mundo de hoy ochenta años después. Por ejemplo la frase con la que termina la novela, el agónico pedido del fugitivo: " Búsquenos a Faustine y a mí, hágame entrar en el cielo de la conciencia de Faustine. Será un acto piadoso". Ahí aparece la humanidad que le pedía a Borges que lo condenaba al helado mundo de la perfección, ahí tenémos poesía, una hermosa historia de amor.
Pero qué le discute Saer, no a Bioy sino a Borges, por que de eso se trata de por fin una polémica que no va a salir en la televisión, ni va a ser convertido en ruido.
Ahí vamos: "el prólogo de Borges preconiza una teoría de la novela que exactamente lo contrario de La invención de Morel. Destinado a exaltar la novela de aventuras en detrimento de la novela psicológica, el prólogo de Borges está puesto, evidentemente, en mal lugar: precediendo a una novela cuyo tema fundamental, o uno de los temas fundamentales es la insignificancia, del acontecimiento, del momento límite, es decir de la materia de la que están tejidas todas las novelas de aventuras". Y más adelante. "Lo que Morel intenta eternizar no es, de ningún modo, ningún momento límite, ninguna peripecia capital, sino la banalidad misma"
Yo agregaría, perdón, que el fugitivo busca la peripecia, busca enfrentarse con su rival en el amor de Faustine que es Morel; pero sobretodo busca el amor o por lo menos el rechazo de Faustine y no lo consigue, le entregan, ay, su indiferencia. El perseguido se convierte en el personaje ninguneado, en el espectador que previó Morel desde un comienzo. El entrega su vida con tal de cruzarse con Faustine y arma un simulacro deudor del de Morel. Es en definitiva su víctima.
La crítica de Saer continua. Nosotros nos quedamos acá. Solo queríamos invitar a la lectura de los artículos pero sobretodo de la novela de Bioy. Somos sus huéspedes agradecidos

lunes, 2 de noviembre de 2020

Berni o la piedra en el zapato

 No sabría decir en qué momento histórico el fascismo dejó de ser un sustantivo para diluirse como adjetivo adjudicado a casi cualquier cosa. Supongo que debe haber sido luego de su derrota en la segunda guerra mundial en Europa donde como se sabe residen las grandes industrias de las palabras.

Los fascistas vestidos de fascistas siguieron en la periferia persiguiendo al fantasma del comunismo pero eso no importaba demasiado.
Caído el muro hasta en los lejanos territorios del sur los fascistas se vistieron de traje y pasaron a trabajar en apacibles ámbitos bancarios.
Ya no fue posible llamarlos fascistas, si hasta uno de ellos decía que cada uno de nosotros lleva dentro un enano fascista.
Quebrado el acuerdo bipartidista vino con el nuevo demonio al que llamaron populismo.
Llegados brevemente al gobierno desempolvaron uniformes. Se los puso una mujer. Realidad a la que le gustan las paradojas.
La actualidad es la de un frente popular a cargo del estado. No del poder. Sí en el de la resistencia al fascismo. Llamado así como debe ser denominado.
No miro televisión excepto los partidos de River y la selección. Pero la televisión es una totalidad. Allí se juegan batallas simbólicas a las que no se puede ignorar. Allí según parece se vió nuevamente el torpe accionar del ministro de seguridad Sergio Berni. No se sabe cómo llegó a ese lugar. Yo no lo sé. Se dice que para balancear la figura tan a la izquierda de Axel Kicillof. Eso ya no importa. Su figura recuerda a la ex ministra del gobierno fascista de Mauricio Macri. Sea justa o no tal comparación.
El episodio de Guernica no debe repetirse. El frente popular sabe que los conflictos sociales se multiplicarán en los días que vienen producto del gobierno fascista y de la pandemia Se deberá asistir a las víctimas como se hizo y hacer política para desactivar a los que operan por derecha y a los que aparatean por izquierda.
Para eso no hace falta un ministro disfrazado de Rambo. Es una piedra en el zapato que ya molesta demasiado
Marcela Barrenti y Lujan Graciela Cruz