miércoles, 30 de marzo de 2016

A la biblioteca nacional

     Ahí están mis fantasmas
     las huellas de lo que he sido
     y que ya no seré
     y palabras, claro
     no he hecho más que escuchar hermosas palabras en ese lugar
     Dicen que ahora están encarceladas
     hay un patrullero en la puerta
     no, no se llama así
     carro de asalto, celular, o algo así
     recipiente de palabras lo llamamos, entonces.
     Dicen que se las están llevando detenidas
     una a una
     Dicen que han despedido 240 compañeros que las defendían
     queridos compañeros, mi amor para ustedes
     Dicen que hay que atesorar palabras
     urgente
     una por persona
     hasta que esto pase,
     como aquellos personajes de Bradbury
     cada uno de nosotros,
     a partir de ahora
     será una palabra.
     Los de los carros de guerra,
     que se queden mudos,
     y que la tormenta se los lleve.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Un delivery en el Centro Cultural Kirchner

     Vivimos en tiempos turbulentos. Una cultura reemplaza a otra. Tres teatro municipales cerrados. La biblioteca nacional reducida a su mínima expresión. Los empleados del ministerio de cultura como blanco preferido del ministerio de despidos crueles.
     El secretario de cultura ha declarado a uno de los medios cogobernantes que la situación no es dramática que quizás en noviembre (no especificó el año) se vuelverían a abrir.
     Un centro cultural que había despertado elogios hasta en los adversarios políticos del gobierno saliente fue cerrado y sus empleados despedidos. El argumento que trató de justificar tal medida fue que se tenía que proteger a los artistas y al público porque las obras no estaban terminadas. Ese magnífico centro cultural será sin embargo abierto para ofrecerle un banquete al presidente de los Estados Unidos. Supongo que las obras en curso fueron terminadas rápidamente porque estoy seguro de que este gobierno está más que interesado por proteger a una figura tan respetada por ellos.
     Donde se escuchaba la música de Spinetta se escucharán, con excelente acústica, las amables conversaciones entre las distintas delegaciones. No se informó si se abrirá también el Teatro San Martín para ofrecer a Obama una proyección de la admirada película nacional "Me casé con un boludo".
     En estos días tristes me acordé de una canción que cantaba el pueblo en las calles en los comienzos de los ya míticos años setenta: "qué lindo que va a ser el Hospital de Niños en el Sheraton Hotel". Esa magnífica inversión de valores tan distinta de la que estamos hablando, no se realizó pero el pueblo de aquel entonces lo tenía en su imaginario.
     Recordé en estos días también una frase de Platón que Martín Heidegger citó en su desafortunado discurso del rectorado:"lo grande aparece en medio de la tempestad".
     Nos apropiaremos de esa frase. Seremos grande en medio de esta tempestad. Será nuestro deber y nuestro orgullo

domingo, 20 de marzo de 2016

Las víctimas del dinero

     Parece que el dinero, ese logos persistente de nuestra realidad burguesa periférica, no puede limpiarse del todo sus manchas de lodo y sangre con las que ha venido al mundo.
     La tapa del diario Página 12 del día domingo 20 de marzo informa que tanto el presidente de los Estados Unidos como el Vaticano abrirían los archivos de los crímenes cometidos durante la dictadura,
     Nada menos que 40 años ocultando las señales de algo que si faltaba alguna prueba han sido por lo menos cómplices de aquel genocidio.
     La feroz represión de la década del setenta no es un caso único dentro de la historia del capitalismo. La sangre, la represión, el hombre como el lobo del hombre, parece una inmanencia de un sistema que trajo como resultado la acumulación de la riqueza en manos de solo el uno por ciento de la población del mundo.
     El capitalismo justifica la riqueza o la pobreza como resultado de la libre competencia del mercado, pero qué competencia más despareja que trae como resultado fortuna de miles de millones de dólares y pobreza para miles de millones de habitantes del tercer mundo y también del primero.
     El crimen de la dictadura aparece una y otra vez, es el relato maldito del dinero, es el fantasma que recuerda el origen de una deuda. Nada puede contra él, ni siquiera la retórica de la corrupción, ese argumento en el que está jugada toda la maquinaria, que culmina casi siempre en un grito que es de indignación, no de rebeldía, ese argumento que clausura todos los demás menos uno, el del dolor de las víctimas del dinero

viernes, 18 de marzo de 2016

El 9 de julio de 1816 no ha tenido lugar

     Imaginemos una escena: estamos en 1816, supongamos que Laprida ya declaró la independencia de estas crueles provincias, tal como dice el poema conjetural. Como se sabe, el Virrey, don Baltazar Hidalgo de Cisneros fue depuesto. Dice la historia que regresó a Cadiz, en nuestro relato decide quedarse a resistir. Encuentra cobijo en Córdoba, que por decir algo disparatado, había hecho su propio cabildo en el que ganaron los realistas por 75 votos contra 25.
     En Córdoba la pasa bien pero se aburre, no olvidemos que han pasado seis años desde que fue depuesto. Se le ocurre una gran idea, pedirá una cautelar a un juez de Cadiz para que deje sin efecto la declaración de la independencia y que ordene su reposición como virrey. Sabe que los revolucionarios gobiernan en nombre de Fernando VII, bueno Fernando ya ha sido repuesto en el trono, lo mismo tiene que suceder con él.
     El juez amigo de Hidalgo tiene 92 años pero ayudado por su secretario logra firmar con letra temblorosa la cautelar. Los revolucionarios respetuosos de la justicia aceptan la cautelar y dejan el poder.
     Podríamos agregar alguna nota de color para hacer más verosimil este relato inverosimil. Por ejemplo, personajes secundarios como un obeso reportero, antes ayudante de Moreno en la fundación de La Gaceta, que escribe un artículo,ahora desde un diario realista, elogiando la movida de Hidalgo.Critica a San Martín y revela que su plan de cruzar los Andes no es más que una treta que encubre su real propósito que sería llevar a Chile en mulas lo robado en la gobernación de Cuyo.
     Todo esto, como ya lo dijimos, no sucedió, aunque no estemos seguros, tal es nuestro desapego con los hechos, que alguien, algún día puede dudar. Repito, yo lo inventé,solo porque leí que un juez dictó una cautelar para anular la asunción de Lula. No olvidemos que un juez destituyó a Cristina 12 horas antes de que terminara su mandato.
     El poder judicial no es la justicia. Es difícil de imaginar un poder judicial que apoye una reforma que le quite poder a la oligarquía que los nombró y que los sostiene y a la que ellos aspiran a pertenecer

martes, 15 de marzo de 2016

El mito de la restauración

     Me sentí tentado a titular estos renglones comparando estos 100 días de Macri con los 45 días de Cámpora. No tienen nada que ver ideológicamente por supuesto, casi se diría que son su opuesto, pero es evidente que vivimos días que parecen fundacionales..
     Faltan pocos días para el bicentenario de la independencia y algunos entusiastas podrían pensar que estos 100 días son algo así como la restauración, no ya de los hechos heroicos que sucedieron en aquellos días, sino de aquel país oligarquico de la generación del 80, que fue el resultado final de aquel proceso de independencia. Era la misma idea que tenían los que idearon el golpe del 76 cuando lo denominaron Proceso de Reorganización Nacional. Ese es el mito de origen de la derecha Argentina, un país con las masas en silencio, derrotadas, y un mundo que compraba lo que los terratenientes tenían para vender.
     Bobbio caracterizó a la derecha como una fuerza jerárquica que no cree en la igualdad. Eso se está consolidando en estos días y también el liderazgo de alguien que representa cabalmente los intereses de la clase dominante tal cual es hoy, algo que venían esperando casi como el regreso del mesías, un presidente de ojos celestes.
     Se dirá que el nuevo líder está un poco flojo culturalmente hablando; si Mitre traducía penosamente la Divina Comedia, el inefable Mauricio va al estreno de una película llamada "Me Casé con un Boludo" producida por el sufriente Adrian Suar.
     No será culto pero es un hombre con autoridad y si uno quiere imponer un régimen jerárquico necesita alguien que no le tiemble el pulso para hacer lo que se debe hacer. Si hay que echar gente la echa y al que no le gusta el protocolo y las pistolas Taser que si de comparaciones históricas se trata vendría a se como las Remintong de Roca.
     Porque si algo se necesita si uno quiere imponer un régimen de jerarquías es autoridad y la autoridad se sabe no se construye solo con palos o con picanas modernas. Qué otra cosa sino dispositivos de disciplinamiento y de distribución de la riqueza son la hiperinflación el desempleo y el endeudamiento. No es verdad que las desgracias sociales produzcan mecanicamente el espíritu de rebelión en sus víctimas más bien lo contrario, las subjetividades se vuelven hacia el miedo y el aislamiento.
    La frutilla del postre para todo este proceso será la visita del presidente de los Estados Unidos que llegará a nuestro país a bendecir al presidente de ojos celestes. Claro que Obama es negro. No importa, tal vez se trate de una ironía más de la historia