¿Se puede analizar un insulto? Todo se puede analizar o al menos interpretar y se puede decir cualquier cosa, pero con què intenciòn, porque la intenciòn frecuentemente se esconde, se enmascara, de mala fe, con la intenciòn del engaño, de sacar ventaja.
Por supuesto estoy hablando de los violentos insultos que le dedicò Jorge Lanata a Cristina Fernandez, pero Lanata no insulta solo, insulta desde Clarìn, desde La Naciòn, desde Canal trece, desde los televisores prendidos en todos los bares.
Alguien puede pensar que en la violencia excesiva de alguna manera se puede vaciar de sentido, vestirse de la inocencia de las explosiones, o de alguien que actùan mostrando sus brutales intenciones. Pero de inocencia nada, estamos ante el insulto instrumentalizado, que hace el mal con frialdad.
El odio como dàdiva, populismo de la violencia, reparto de la riqueza no pero reparto de los insultos a cambio. No cualquiera puede comprar pero cualquiera puede insultar a la expresidenta
Uno de los oficiales del monopolio informativo llamò a su oficio periodismo de guerra. ¿Seràn los insultos de Jorgito, las granadas, los cañones, o solo las balas de fogueo destinadas a asustar?
Sabemos de lo que son capaces, bombardear plazas llenas de gente, torturar, asesinar, desaparece, robar, todo esto separado o junto, en el orden que sea necesario.
La guerra por ahora es de tinta. Jorge Lanata pasò una frontera. Estoy convencido que la respuesta tiene que ser argumental.
Allì estàn los doce años, la pesada herencia, el paìs populista, los años felices del peronismo y del kirchnerista, la felicidad de los que menos tienen, que es el peor insulta para los insultadores.
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