miércoles, 30 de noviembre de 2016

Pamela David y Milagro Sala

     No sabía quién era Pamela David. Vivía tranquilo mi vida con esa falta. Ahora Pamela David habló. Lo primero que se puede decir de ella es que tiene un gran poder de síntesis. No arma frases largas, su gramática es algo confusa, pero todo el mundo entendió lo que quiso decir.
     Ubicó al gobierno de Macri en su momento fundacional. El día que el presidente asumió. Como se sabe salio al balcón con su hija Antonia y su mujer Juliana Awada. También estaba la vicepresidenta Gabriela Michetti. Se puede decir que ese fue su último acto de campaña. Ahí bailo como un muchacho piola, la vicepresidenta cantó, mal y sin gracias, no importa, armaban una fiesta como las de la época del Newman.
     Pamela los vió blancos, hermosos y puros. Las mujeres incluso la niña, hija del presidente, la hija que el presidente no oculta, estaban vestidas de blanco. Blancas, hermosas y puras. Sin embargo venían, según nos dice Pamela, a sacar la mugre. Vestidas de blanco, hermosas y puras
     Milagro Sala no es blanca. Es descendiente de las mujeres originarias de estas tierras. Milagro Sala no es pura. Durmió en la calle, se curtió soportando todas las injusticias que este mundo tiene reservadas para las mujeres pobres, feas, y malas.
     Milagro fue encarcelada poco tiempo después de que Macri bailase con su familia en el balcón de la casa rosada. Hicieron el trabajo que tenían que hacer sin sacarse los vestidos blancos. No importa, alguna mujer como Milagro se los limpiará. Eso sí, calladita y con la cabeza baja

martes, 22 de noviembre de 2016

La izquierda del sistema está envejecida

   No se trata necesariamente de gente mala, más aún, son muchos de los que considerábamos buenos hace más de treinta años, cuando terminó la dictadura militar. Vuelven a aparecer. Por qué vuelven. No creo que estuviesen prohibidos. Ellos que tienen como primer universal su antikichnerismo no lo denuncian, tengo que creer entonces que no fueron censurados.
     Están más viejos pero siguen siendo los mismos, tal vez esa sea la primera causa de la incomodidad que generan. ¿Por qué no veíamos lo que ahora creemos ver?  Nos incomoda haber estado cerca de ellos. Nos indigna que quieran vendernos la misma mercancía vencida y en descomposición, pero qué otra cosa pueden hacer tienen en su caja de herramientas solo las palabras con las que pueden decir lo que antaño decían, la retórica de la antipolítica, de que la culpa la tiene el país y el populacho que no entiende y que nunca nos vamos a parecer a Europa que es la civilización y que hace cien años estábamos en el séptimo lugar y ahora estamos en el puesto cuarenta.
     Algunos se han jubilado como profesores norteamericanos, otros escriben en La Nación y hasta los más privilegiados han publicado en el New York times sus diatribas contra el populismo.
     Para qué hablar de ellos. Qué sentido tiene, como solía decirse, gastar pólvora en chimangos. El sentido que puede tener es que son parte del lenguaje del poder. Son disciplinadores de toda rebeldía posible. Vienen a decirnos como hace treinta años que no vale la pena, porque siempre sale mal. Bueno, me permito decirles que no tienen razón y aunque la tuvieran prefiero equivocarme con otros

jueves, 17 de noviembre de 2016

La nada avanza

     Vemos lo que quieren que veamos, nos alimentamos con los productos que nos venden, pagan el precio que quieren pagarnos por nuestro trabajo y hasta han industrializado el tiempo que solía llamarse "libre". Qué pasa entonces con los que no pueden comprar lo que se vende, no pueden trabajar ni siquiera al precio que se quiere pagar, y a cambio de esa carencia disponen de todo el tiempo pero para descubrir que la industria del tiempo libre no ha pensado en ellos. Qué papel juegan esos cuerpos abandonados en las veredas, bajo el frio y bajo el calor; ¿son una amenaza, son una advertencia o no son nada? La nada que avanza como el desierto nietzscheano, esperando nuestra respuesta, reiterando la misma pregunta

El lenguaje publicitario

La publicidad usa la repetición con el propósito de que todo el territorio disponible para la experiencia esté vacante para sus propios propósitos. Cuál es ese propósito. Vivimos en una sociedad donde todo esta comercializado por lo cual rápidamente responderemos que el propósito es vender el producto que se difunde en imágenes en la vía pública, en internet, y en los escaparates. Para los que somos paranoicos diremos que esa repetición no solo ocupa el territorio material de la experiencia sino también su sentido. La publicidad entonces reproduce y al mismo tiempo reduce nuestras propias identidades. Somos miles de millones reducidos a unos pocos productos que se venden en el mercado. La publicidad era el lenguaje del dinero ahora es nuestro lenguaje. Somos lo que nos venden. Somos vendidos en el mercado

domingo, 13 de noviembre de 2016

Democracia neoliberal o democracia de derechos

     Hablemos de democracia. Para alguien de mi edad, cincuenta y seis años, es difícil poner en tela de juicio un sistema por el cual se luchó desordenadamente durante tantos años. Cincuenta y seis años, la cuenta es fácil, nací en 1960, es decir que mi adolescencia transcurrió durante la dictadura. No esperen de mí ninguna reinvindicación de otro sistema que no incluya la más amplia libertad. Pero qué tipo de democracia tenemos finalmente, digo, cuál es el sistema que nos rige hace más de treinta años. ¿Es el único posible? Si fuera la única forma de democracia posible nuestra libertad sería ficcional porque es de sentido común pensar que para ser libre se necesitan opciones, dos por lo menos. Hasta la llegada del kirchnerismo teníamos una improbable mezcla entre un sistema cultural, económico y político neoliberal donde las autoridades eran elegidas en elecciones libres. ¿Había opciones? Ficcionales sí, el bipartidismo, impotencia frente a la pata fuerte del sistema, es decir el neoliberalismo, frente al cual no se levantaba la voz. El poder en sintesis guardado bajo cuarenta llaves. En el 2001, la avaricia torpe y psicótica del sistema neoliberal abrió la posibilidad de lo que ellos mismos denominan como "la grieta", es decir, otra posibilidad de gobernar el país, pesada herencia dirán, ya que hilaron una tela durante treinta años, para que alguien la rasgara irresponsablemente. Democracia delegativa o democracia de derechos, populismo o neoliberalismo. Hay opciones, a pesar de que estén amenazadas, el mundo globalizado se juega ahora en todos los territorios

jueves, 10 de noviembre de 2016

Un Menem rubio o algo así

     Me lo imagino a Trump como una especie de Menem, más que como un Hitler, aplicando un ajuste furioso, completando en realidad lo que el sistema de poder norteamericano viene aplicando ahora hacia el interior de su país desde hace tiempo y que en otra época importaban al tercer mundo. Hay que leer atentamente las últimas novelas de King. Pequeños universos que el tan bien a sabido pintar y en los que ha llegado la frustración y la impotencia de la caída del estado de bienestar. No se exactamente cuál es el plan de toda esta gente, pero por ahora tiran de la cuerda peligrosamente

lunes, 7 de noviembre de 2016

Juliana Awada armó una huerta

     Es dificil en la red de símbolos en que vivimos, a los que rapidamente dotamos de significados políticos, considerar una noticia como tonta, sin embargo es dificil reprimir la expresión: qué estupida o que estúpido, cuando se le da categoría de política de estado a actos cotidianos y menores de nuestros gobernantes o de los parientes directos de nuestros gobernantes
     Pero de qué sirve calificar así a alguien, especialmente cuando ocupa un cargo público o escribe en un diario de mucha circulación. Porque esta claro que no son estúpidos sino que se atreven a usar la estupidez como arma política
     La noticia que el diario La Nación pone como una de las más importantes de su portal es que Juliana Awada, la esposa del presidente armó una huerta en la quinta de Olivos.
Qué significa todo eso. Qué se pretende mostrar. No se trata de la primera nota de este tipo sino que es una serie. Hace poco la primera dama recibió niños (cinco o seis de algún colegio privado o algo así) y jugó con ellos con una espontaneidad de muy mala actriz. Ahora arma una huerta en la quinta presidencial o invita a un diseñador para hablar de los nuevos colores y las nuevas telas que se usan.
     La primera dama no es tonta. Es una empresaria acusada de usar mano de obra esclava en sus empresas. Todas las notas que protagoniza son de un cinismo insultante.
    Probablemente el propósito final es el de despolitizar el cargo de primera dama y aún peor de devolver a las mujeres al papel de adorno de la casa

viernes, 4 de noviembre de 2016

Carta abierta a la ministra de seguridad

Sra ministra de seguridad. Me he enterado que está muy preocupada por las faltas de respeto contra nuestro señor presidente y más aún por las amenazas terroristas que circulan en la web. Me dijeron también que fuerzas de seguridad les ha llamado la atención a gente que en el transporte público se pone a cantar canciones agresivas de fuerte corte político, aunque esto último tal vez sea una mentira más con la que se la trata de perjudicar. El motivo de mi carta abierta es el de informarle que la canción que lamentablemente grupos politizados persisten en cantar y que dice (perdón que la repita pero es necesario para que no comenta errores) Macri, basura, vos sos la dictadura, no es un insulto para nuestro señor presidente. Esta gente, no necesariamente con buena intención pero sí mal informada, se refiere a los contratos de recolección de basura firmados por su padre con la junta militar y luego refrendados por el consejo deliberante. La intención, creo, es la de ofender a nuestro presidente, insinuando que la fortuna que acumuló su padre y luego él mismo es ilegítima, producto de negocios dudosos con el estado. Como si ellos fueran lo mismo que Lázaro Baez. Acumulación de deshechos con todas las implicancias simbólicas que cada uno quiera ver. Desde ya le mando mi saludo y mis más sinceros deseos de que su gestión tenga éxito

jueves, 3 de noviembre de 2016

La máquina de repetir

Tendrá la repetición o mejor dicho el intento político de restaurar un esquema social, los mismos mecanismos de la reproducción en serie de mercancías. Por lo pronto se crean consumidores que participan en cuanto creen o no creen en el producto. Se sostienen campañas publicitarias, que se juzgan con un criterio distinto del que tradicionalmente se calificaban los discursos, es bueno en cuanto funciona. Tenemos ahí el viejo empirismo Inglés, el utilitarismo capitalista del cálculo de costo y beneficio

Macri y el celular de Dios

Puede que me equivoque. Como se sabe soy hincha de River. Tampoco es una novedad que el proyecto político de Macri tuvo origen y se sigue alimentando hoy de su relación con Boca. El celular de Dios lo favoreció a él y finalmente nos perjudicó a nosotros.Tampoco los hinchas de Boca tienen la culpa de eso. Menem es hincha de River, pero su proyecto vino por otro lado. Lo que me hace ruido una vez más es el comportamiento vergonzoso de los medios. Bastó que el presidente de River se pusiera en la vereda de enfrente del proyecto de Angelici para que pase a ser criticado duramente por los que lo elogiaban o simplemente lo ignoraban. Ayer Boca perdió con Central. No vi el partido, pero ese no es el punto. Las notas referidas a ese partido son impresentables, parecen escritas por hinchas y no por periodistas.Una cosa más que le sale mal al proyecto oligárquico con vistas al 2017, el celular de Dios está bloqueado

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Un párrafo acerca de la repetición

     Repetición es repetición siempre que se lo identifique como repetición. Hay retóricas eficaces que maquillan los sentidos envejecidos y los vuelven a emerger. La tarea de negación debe ser minuciosa.
     Hay que hacerle caso al desagrado, a las señales que emite el cuerpo

Ni políticos ni gente

Siempre me disgustó la frase ahora desempolvada: "la gente no cree en las promesas de los políticos". En principio la gente tiene que dejar de ser gente y convertirse en sujeto, es decir en pueblo, y luego tiene que dedicarse a comprender la realidad para modificarla, tal como lo pedía Marx en la tesis once, más que esperar a ver si el político cumple o no.
En definitiva ni políticos ni gente, porque esa obra de teatro ya la vimos, es la obra desilusión de los ochenta, menemismo de los noventa, y como último acto el drama del dos mil uno.
En qué momento incluimos en nuestro lenguaje al poder real, si solo tenemos para pensar esos dos elementos, politicos y no creyentes.
Los tenemos gobernando, ya no se ocultan, no son políticos son los gerentes de las empresas, eso que ahora llaman CEOS, capataces de las viejas estancias, ese territorio que nosotros queremos llamar país