domingo, 13 de noviembre de 2016
Democracia neoliberal o democracia de derechos
Hablemos de democracia. Para alguien de mi edad, cincuenta y seis años, es difícil poner en tela de juicio un sistema por el cual se luchó desordenadamente durante tantos años. Cincuenta y seis años, la cuenta es fácil, nací en 1960, es decir que mi adolescencia transcurrió durante la dictadura. No esperen de mí ninguna reinvindicación de otro sistema que no incluya la más amplia libertad. Pero qué tipo de democracia tenemos finalmente, digo, cuál es el sistema que nos rige hace más de treinta años. ¿Es el único posible? Si fuera la única forma de democracia posible nuestra libertad sería ficcional porque es de sentido común pensar que para ser libre se necesitan opciones, dos por lo menos. Hasta la llegada del kirchnerismo teníamos una improbable mezcla entre un sistema cultural, económico y político neoliberal donde las autoridades eran elegidas en elecciones libres. ¿Había opciones? Ficcionales sí, el bipartidismo, impotencia frente a la pata fuerte del sistema, es decir el neoliberalismo, frente al cual no se levantaba la voz. El poder en sintesis guardado bajo cuarenta llaves. En el 2001, la avaricia torpe y psicótica del sistema neoliberal abrió la posibilidad de lo que ellos mismos denominan como "la grieta", es decir, otra posibilidad de gobernar el país, pesada herencia dirán, ya que hilaron una tela durante treinta años, para que alguien la rasgara irresponsablemente. Democracia delegativa o democracia de derechos, populismo o neoliberalismo. Hay opciones, a pesar de que estén amenazadas, el mundo globalizado se juega ahora en todos los territorios
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