Cuántos discos he posteado en estos años. ¿Cientos, miles? Y hay muchos más, el vértigo de Youtube es infinito. En cada uno de ellos hay por lo menos un momento de belleza. Cada uno tendrá su opinión, pero hasta en el músico más opaco hay una intención liberadora o por lo menos la ilusión, la espera de ser protagonista alguna vez de una melodía luminosa.
Dirán que hay música envasada, convertida en mercancía, música en la que se degrada a la mujer y también al hombre que termina escuchando ese espectáculo montado por el mercado, pero se trata en todo caso de una falsificación, de una mala fe, de una estafa, de una venta de una cosa por otra.
Esos simulacros desaparecen como una pompa de jabón.
Hemos nacido y hemos crecido fortalecidos por esos héroes de la cultura, y estamos perdiendo (no sabemos hasta cuando, ellos tampoco por eso se apuran) con ellos contra los que se han preparado para otra cosa, para ofender la memoria de nuestros caídos, para meternos la mano en el bolsillo. para reprimir a los pibes y para negarles a los viejos el descanso que se merecen.
Sí, hay facultades que forman a esos monstruos y los disfrazan de seres humanos
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