José Pablo Feinmann en su impecable didáctica de la historia del pensamiento le gusta citar, creo que a Lacan, cuando decía que somos hablados por el lenguaje. Me gusta creer que las palabras, más que con el mundo objetivo, se relacionan con el mundo simbólico. Está el lenguaje y las significaciones que se pueden encontrar en cualquier diccionario y están los códigos que siempre tienen sentido para una cantidad limitada de personas. En una hermosa canción María Elena Walsh decía que el lenguaje de infancia es un secreto entre los dos. Es por eso que el extraño suele sentir incomodidad cuando los amigos recurren a los códigos y se ríen de anécdotas que solo tienen sentido para los que la vivieron.
Y están las canciones.¿Por qué algunas prenden y otras no? ¿Quienes son los autores anónimos que las inventan en general tomando prestado las melodía de alguna canción popular?
Hay una canción que se canta con fervor y que parece lastima a los empleados de los medios hegemónicos, esos escribas que conocen de la cosa: Macri, basura, vos sos la dictadura. No es de las canciones que más me gustan porque recurre al insulto y a la personalización del sistema en una persona. Pero había algo que se percibía desde el primer día de gobierno. Y volviendo a las palabras que nos hablan, primero se relacionó a Macri con la dictadura y luego se produjo la desaparición de un compañero.
Fernandez Meijide, cada vez más alejada de lo que fue el sentido de su vida, salió obediente a tratar de explicar lo inexplicable, la desaparición por parte del estado de un militante, y para hacerlo usó la palabra exceso."No sé qué pasó. Puede ser un exceso personal de alguien de la Gendarmería, puede ser que cuando lo lastimaron haya recibido una herida profunda, siempre y cuando él haya sido uno de los encapuchados", analizó.
Primero exculpa a la gendarmería dándole un caracter particular a un crímen que se sabe, que ella sabe, perpretró el estado, y luego pone en duda a la víctima.
No hubo errores, no hubo excesos, son todos asesinos los milicos del proceso. Otra canción que tal vez Meijide haya cantado alguna vez y que se refería no al exceso de pensamiento que un ministro de Videla mencionó como el culpable de las desviaciones de la juventud sino a los asesinatos que formaron parte del plan sistemático de exterminio necesario para imponer el plan económico social que hoy se pretende repetir
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