Nada provoca más la ira de la oligarquía que la discusión del derecho de propiedad y nada impulsa más a los despojados que la conciencia de su despojo.
Maldonado luchaba y cuestionaba la legitimidad de los latifundios patagónicos. Aunque no lo hayamos escuchado hablar su presencia en aquel remoto lugar junto a los más despojados nos hace entenderlo.
Desde aquella particularidad lejana en el tiempo y en el espacio su sacrificio nos permite hablar del capital que llega al mundo manchado de lodo y de sangre y posiblemente de nieve y balas de gendarmería.
En indios, ejército y frontera, David Viñas, escritor que fue leído como narrador y denunciante de la violencia oligárquica, denomina a la conquista del desierto como la etapa superior de la conquista de América y relaciona la acción de aquel ejército de Roca con el de Videla.
Walsh a su vez, en la intensa carta de un escritor a la junta militar, relacionaba al genocidio con el plan económico social de Martinez de Hoz.
Eso hacen los pensadores, conectar hechos que se presentan caóticos a la actualidad que suele ser ciega y sorda.
¿Puede el vecino de clase media de Buenos Aires caracterizar el aumento del 500 % en las tarifas como un despojo a su derecho de propiedad? ¿Puede relacionar su bronca con la de Santiago Maldonado?
Es más probable que el vecino relacione el aumento de tarifas con las denuncias que vocifera Elisa Carrió.
La historia, de todas maneras, nos arrastra tanto a unos como a otros
No hay comentarios:
Publicar un comentario