martes, 14 de marzo de 2017

El olvido del ser

     Según el Billiken de Heidegger el hombre se pierde cuando olvida la pregunta por el ser. Cae en la inautenticidad. La técnica es una de las grandes responsables de ese olvido. Eso fue pensado en el siglo pasado y creo que el tiempo no ha hecho otra cosa que llevar esa situación  hasta su propio límite. Otro pensador prestigioso, más cerca del final del siglo que pasó, hablo de la muerte del hombre. La técnica lo ha vuelto innecesario. Ya no hablamos de explotación sino más bien de exclusión.
     En ese esquema, qué lugar tiene internet. Sin duda mucho. ¿Y Facebook? Resulta llamativo pensar que en ese sitio (también en otros) que se propone exhibir hasta la impudicia las relaciones sociales aparezca el fenómeno denominado trol. Se trata de personas que según Wikipedia: "publica mensajes provocadores, irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, como ser un foro de discusiónsala de chat, comentarios de blog, o similar, con la principal intención de molestar o provocar una respuesta emocional negativa en los usuarios y lectores, con fines diversos (incluso por diversión) o, de otra manera, alterar la conversación normal en un tema de discusión, logrando que los mismos usuarios se enfaden y se enfrenten entre sí.
     He escuchado que a veces en los foros de los diarios, no se trata ni siquiera de personas, sino de programas preparados con ese propósito.
     Entonces tenemos mujeres y hombres, no necesariamente rentados, a veces reemplazados por programas de computación, que renuncian voluntariamente a su identidad, porque la actividad trol generalmente es ejercida con identidades falsas, para realizar tareas de servicios de inteligencia (la palabra inteligencia no está puesta con intención irónica). Triste, muy triste, pero debo decir que no nuevo.
     También algunos compañeros se han visto obligados por la crueldad de la dictadura neoliberal a renunciar a sus publicaciones porque pueden ser despedidos de sus trabajos por algún trol patronal que dedica su vida a violar la intimidad de gente que trabaja para perjudicarla.
     Yo me llamo Horacio Manuel Barrenti, me hago cargo de todo lo que está publicado en este blog, fundamentalmente de mis opiniones, no de lo mal que escribo porque no puedo escribir de otra manera. No creo que haya muerto el hombre, la última semana se vió claramente que la clase trabajadora, dándose el ser en la calle, una vez más, se propone ser sujeto de la historia.

Este escrito está dedicado a Horacio Gonzalez, muchos de nosotros escribimos soñando que alguna vez escribiremos algunas lineas que lleguen aunque sea a acercarse a la belleza y la pasión de su lenguaje

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