viernes, 17 de marzo de 2017

Felipillo

     Escena número uno: 2001, reunión entre Felipe Gonzalez y De la Rúa en la casa rosada. Dicen que fue la última reunión del ex presidente radical en casa rosada. Los que narran ese encuentro dicen que Felipe Gonzalez le expresó su preocupación por las empresas españolas favorecidas en las privatizaciones durante el gobierno de Menem.
     De nuevo: un expresidente español, del partido socialista, representa a las dudosas empresas de origen español y se preocupa por su suerte mientras en la calle la policía asesina a treinta manifestantes y le tira los caballos encima a las madres de Plaza de Mayo. Me imagino que mientras hablaban percibían el ruido de los disparos y los gritos de los reprimidos.
     Escena número dos: la presidenta de la nación Cristina Fernandez denuncia que el periodista Marcelo Bonelli recibía dinero de la empresa Repsol empresa a la que se le concedió la explotación petrolera durante el gobierno de Menm. Supongo que el destino de Repsol habrá ocupado un lugar privilegiado en las preocupaciones de Felipe Gonzalez en el año 2001.
     Escena numero tres: marzo de 2017, el periodista Marcelo Bonelli, que todavía ocupa un lugar privilegiado en el grupo mediático empresario Clarín narra una reunión entre Felipe Gonzalez y el ahora presidente Macri.
     La nota empieza en negrita. Sería interesante pensar en ese razgo del estilo de Clarín, notas cortas frases resaltadas en negrita. Tal vez el gran diario Argentino no confía en la inteligencia o tal vez en el poder de concentración de sus lectores. El todo caso la nota comienza así: Presidente: ¿por qué no va presa Cristina Kirchner? Y luego el siguiente párrafo resaltado: ¿Cuándo va ir presa Cristina?
     La nota de Bonelli nos sirve, gracias a ella podemos saber que el estilo del bueno de Felipillo es bastante asertivo. Se podría decir que pierde la paciencia fácil y sobretodo que no respeta demasiado a los presidentes de las colonias. A Macri no lo trata muy bien y no quiero pensar como habrá sido el tono con el mínimo De la Rúa.
     El líder socialista no es mucho mejor. Es el che pibe de las empresas más dudosas de España. Lejos de seguir el desgastado ideario del partido socialista defiende, como una especie de último mohicano, aún viejo y seguramente en sus últimas batallas, al cruel sistema neoliberal
     ¿Y Bonelli? (la negrita es un inocente chiste) No entiendo muy bien el propósito de tan torpe y alocado artículo. ¿Están desesperados, tienen miedo o simplemente son brutos o las tres cosas a la vez?
     El consuelo, dentro de tanta tristeza, es que Cristina esté en la vereda de enfrente de estos personajes. Dime quién te odia y te diré quién eres o algo así

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