Javier Gonzalez que trabaja mucho para ser Fraga nos ayuda día a día en la tarea de escribir esa historia que probablemente nadie escribirá y menos nosotros. El mentado señor esgrime cada tanto frases como estiletes, de tal poder de concentración de sentidos que lo lleva muy cerca de las exageraciones de las caricaturas. Recordamos una: "le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo medio servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior". Otra: "me gustaría saber qué tan pobres son los pobres". En la última llegó a su propio límite: "ofrecían 500 pesos, vino y choripanes para ir a la marcha del viernes".
Analizar las definiciones de Javier Gonzalez que quiere ser Fraga sería interesante, lo primero que se me ocurre es que se ubican en el nivel de brutalidad que en la historia ha desarrollado esa clase dominante que llamamos antiperonismo, brutalidad sin el disfraz de la alta cultura que Javier más por querer ser Fraga que por ser Gonzalez no posee.
Son meros asesinos. Los come la avaricia y el desprecio por el prójimo.
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