lunes, 8 de mayo de 2017

Es Cristina Fernandez, estúpido

     El antiperonismo quiere apropiarse del peronismo. La estrategia es sencilla, se trata de agregarle un adjetivo. Peronismo racional por ejemplo, y alquilar algún figurón disciplinado con la billetera o con algún carpetázo de Stiuso. Pero qué peronista se dejaría engañar por tan torpe estrategia, se sabe que el peronismo es barbarie, patas en la fuente, alpargatas. La razón liberal, razón instrumental se sabe,  nunca le cerró a los peronistas porque siempre les quedó lejos, en Europa o en Estados Unidos y como se sabe el pasaje sale caro pero sobredo porque siempre fueron víctimas de ella y el lugar que más memoria guarda es el cuerpo, allí tenemos las cicatrices que nos lo recuerda por si se nos ocurre olvidar.
     Claro que el peronismo es elástico, caótico me gusta decir. Guarda la contingencia propia de la historia. Nada tiene que ver con una izquierda platónica que postula una voluntad no situada. Hasta el mismo fundador del movimiento se sentía, a su manera, incómodo con ese desorden de la historia. Hay un chiste sobre eso, el que lo cuenta es un racionalista. Uno de los que en el exilio de Perón lo iba a visitar para venderle lo que el antiperonismo vendía en esa época que era el peronismo sin Perón.
     Mientras este racionalista hablaba con Perón aparece una de las tantas visitas de la época. Vandor por ejemplo. Le dice que el movimiento está infiltrado de zurdos. El General se muestra de acuerdo y le dice que va a solucionarlo. Luego aparece otro dirigente, digamos Ongaro, que le dice a Perón lo contrario. Perón tambieén le promete solucionarlo. El racionalista le dice que no entiende, Perón le ha dado la razón a Vandor y luego a su antagonista. Perón le guiña el ojo y le dice: usted también tiene razón.
     Para ir al punto, y no hablar tanto del peronismo vayamos al antiperonismo. Hoy se ve más claro que nunca que la recompensa simbólica que los mueve y el único sosten del actual gobierno(de ahí su denominación anti)l es el odio el odio a todo lo que mueva aunque sea un milímetro las relaciones sociales. Y el que las volvió nuevamente caóticas fue el kirchnerismo y una persona en particular que es Cristina Fernandez, la sola mención de ese nombre, la imagen de esa mujer, bella y con la autoridad que le da su inteligencia y su liderazgo, basta para politiza la actualidad, sacudirla de su máscara mediática. A partir de su nombre y de su imagen, el peronismo vuelve a ser maldito, y vuelve a refrescar las patas en la fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario